Un equipo mal encajado
El dibujo táctico sigue rebajando las prestaciones de los mediocampistas
- Casillas. El héroe de la noche. Detuvo tres penaltis -uno en la segunda parte y los otros dos en la tanda final- y confirmó que se siente mejor en las situaciones críticas que en el trámite normal de los partidos. Tapó con agilidad y valentía un remate a quemarropa de Robbie Keane. Como es habitual, tuvo problemas en el juego aéreo, especialmente en un centro que no atajó y que desembocó en un remate que sacó Hierro desde la raya.
- Puyol. Por fin apareció el lateral activo, rápido y contundente de principios de temporada. Sólo flaqueó en los primeros momentos del encuentro. Ayudó a achicar agua en los momentos más críticos del partido. Impidió cualquier maniobra de Kilbane. De un centro suyo llegó el gol de Morientes.
- Hierro. Correcta actuación, sólo empañada por el penalti que cometió sobre Quinn. El agarrón, por mucho que no se suela sancionar, fue clarísimo. Firme en el juego aéreo, tarea esencial en un partido en el que los irlandeses son especialistas.
- Helguera. El mejor de la defensa española. Atento durante todo el encuentro. Perfecto en tres cortes decisivos en el área. Tuvo que batallar con el gigantesco Quinn en un duelo donde sufrió por la envergadura del irlandés. Probablemente ese cometido le venía mejor a Nadal, pero esta vez Camacho le mantuvo en el centro de la defensa durante todo el partido, cuando su presencia era necesaria en el medio campo.
- Juanfran. Desapercibido en la primera parte frente al inocuo Kelly. En la segunda naufragó ante Duff, un zurdo que le ganó en todas las acciones, tanto cuando encaraba hacia dentro como hacia fuera. Deficientes recursos defensivos. Grave error en el penalti que cometió sobre Duff. Midió mal y tarde.
- Luis Enrique. Todavía no ha tenido la oportunidad de jugar donde mejor funciona: en la media punta. En la banda derecha es un futbolista marginal, pero Camacho sigue empeñado en situarlo allí. No desbordó en ninguna ocasión al flojo Harthe.
- Baraja. Camacho le destina a una posición donde pasa problemas evidentes. Tiene tantas obligaciones que se siente superado. No es un distribuidor natural, pero se le obliga a distribuir. No es un especialista defensivo, pero tiene que socorrer a izquierda y derecha. Todo ello con un desgaste que le anula para lo que sirve: complementar al medio centro y apoyar el juego de ataque.
- Valerón. Otro que juega fuera de su sitio. El área le queda a varios kilómetros. Por lo tanto, pierde importancia. Además siente la exigencia de un esfuerzo defensivo para el que no está preparado por la naturaleza de su estilo. A pesar de todo, fue el futbolista que aclaraba todas las jugadas, hasta que se desplomó fisicamente.
- De Pedro. Irrelevante en un partido donde apenas pudo intervenir. Finnan y Gary Kelly le dejaron sin espacio para maniobrar.
- Raúl. Activo y dinámico, menos preciso que de costumbre. Estuvo en dos acciones de gol anuladas por fuera de juego. Pudo marcar en una típica jugada suya, aprovechándose de un rechace. Se retiró lesionado y el equipo sintió el impacto.
- Morientes. Impecable en el gol. Se adelantó a su marcador y cruzó un cabezazo perfecto. No tuvo más oportunidades, pero se le vio ágil. Sorprendió su sustitución por Albeda por lo que significaba de desdén de su racha y por el temeroso mensaje que envió Camacho.
- Albelda. Sustituyó a Morientes. Se retiró lesionado. No aportó nada: ni en la construcción del juego, ni en el quite, ni en el capítulo cabeceador.
- Mendieta. Salió por De Pedro en la segunda parte. Impreciso como nunca. Fracasó en casi todos los pases. Tuvo que ayudar constantemente a Juanfran en el marcaje a Duff. El irlandés ganó a los dos.
- Luque. Se lesionó Raúl, no estaba Morientes, entró él. El partido ya era otra cosa: atacaban los irlandeses y él estaba aislado.
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