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La gran crisis de la familia Agnelli

Fiat enfrenta una nueva crisis cuyo último capítulo ha sido la dimisión del consejero delegado del grupo desde 1994, Paolo Cantarella. La filial de automóvil, que representa el 42% de las ventas totales del grupo, se ha tragado en los últimos 36 meses 3.000 millones de euros de patrimonio, y los resultados del primer trimestre del año, con pérdidas de 429 millones de euros, no predicen un buen panorama.

Los analistas apuntan como primera solución a la hemorragia incesante de fondos la venta de la división de automóviles a General Motors, que ya tiene una participación del 20% de la firma, una solución que no parece dispuesto a aceptar Gianni Agnelli, quien, pese a sus 82 años y su grave enfermedad, sigue llevando las riendas del grupo.

Ante la difícil situación, los bancos italianos y el propio Gobierno corren en ayuda del gigante fundado por los Agnelli, con intereses en automoción, aseguradoras, construcción, energía, informática y editoriales, entre otros sectores.

Los bancos han renegociado la deuda y el Gobierno ha anunciado subvenciones para la compra de determinados vehículos y ayudas para la reconversión de la plantilla.

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