Igualdad de clases
Con todo mi respeto hacia la obra de su padre, me sorprende la declaración -publicada en su periódico el domingo 2 de junio- del señor Adolfo Suárez Illana, en el sentido de sentirse preparado ante las dificultades que le pueda deparar su carrera electoral por el hecho de que en su colegio del Opus le llamasen 'h. de p. de Adolfo', una vez que su padre legalizó en 1977 el partido comunista.
En mi colegio de barrio me llamaban h. de p. porque mi familia, emigrante, era tan pobre que vivíamos en la calle Tapias, centro de la prostitución de una Barcelona que ya no existe. De mi clase sólo seguimos tres chicos el bachillerato. Se comenta también en el artículo que el señor Suárez Illana fue enviado por su padre a Harvard para hacer el doctorado. El mío lo hice financiado con becas en Alemania, lugar que mi padre difícilmente podía ubicar en el mapa.
No creo que mi caso sea dramático, pues muchísima gente apta de mi clase (social) no pudo seguir en la escuela. Evidentemente, no nos patrocinan ni ofrecen candidatura alguna. Sí, definitivamente, parece que el señor Suárez Illana sabe lo que es pasarlas canutas. En su clase, digo yo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.