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Los profesores callan, los alumnos opinan

El encierro de los inmigrantes en el campus de la Pablo de Olavide apenas altera la rutina diaria

Pasan pocos minutos del mediodía y en el campus de la Universidad Pablo de Olavide todo discurre como cualquier otro día de clases. Bueno, todo no. Es época de exámenes y por las largas avenidas que llevan de un edificio a otro se deja sentir ese nerviosismo típico de tales fechas. Profesores cargados de trabajos y exámenes y estudiantes que comentaban entre ellos los últimos avatares del curso paseaban con más celeridad de la habitual por los bulevares.

'¿Te has enterado?', asalta una estudiante a otra a la altura del Rectorado. 'No, acabo de llegar, ¿qué pasa?'. 'Que ha entrado la poli al pabellón y ha detenido a algunos de los encerrados'. Esta bomba informativa circulaba de boca en boca por todo el campus, pero con la seria competencia del que, pese a todo, seguía siendo el tema del día: el partido de la selección española con Suráfrica.

Entre exámen y exámen, el campus cobraba vida. Fue el momento que aprovechó este periódico para averiguar de qué forma estaba afectando tanto a estudiantes como a profesores el encierro que desde el lunes mantienen unos 400 inmigrantes con el objetivo de que se les regularize su situación. Un encierro que parece despertar poco interés tanto a alumnos como a profesores, pues, durante todo el día, sólo unos pocos se acercaron al lugar que ocupan los inmigrantes y, eso sí, sólo movidos por la curiosidad.

Tomar el pulso de la cuestión no fue sencillo. Sobre todo cuando era un profesor al que se le preguntaba por su opinión. Sólo tres docentes de la media docena a los que se trató de entrevistar accedieron a ser fotografiados y a ofrecer su opinión sobre si estaban o no de acuerdo con la decisión de los inmigrantes de encerrarse; sobre la postura adoptada por la rectora de la Olavide, Rosario Valpuesta, de no pedir la intervención de la policía para desalojarlos y sobre los planes del Gobierno de aplicarles la Ley de Extranjería en cuanto sea posible.

'Creo que la forma pacífica de hacer el encierro es la adecuada. Yo he estado en dos ocasiones visitándolos y considero que emplean las mejores formas para buscar un diálogo que lleve a encontrar soluciones lo más favorables para todos', explicaba Pablo Prados, un profesor colombiano que estos días imparte un doctorado en la Olavide. '¿La postura de la rectora? Considero que es la posición más debida respecto a la situación que vivimos con esta globalización de la pobreza y del problema del desempleo. La ayuda que se les está brindando es la imprescindible para su subsistencia', concluía este profesor colombiano.

'Ellos buscan un mecanismo de defensa y encerrarse aquí responde a esa inquietud', razonaba Mari Carmen Sánchez, profesora universitaria. 'El problema de la inmigración es muy fuerte, ahora están aquí y hay que atenderlos. Luego ya se verán cuales son las medidas más justas para resolver esta situación, pero desde luego en ellas no entra una intervención policial'. 'Ellos están intentando sobrevivir y es normal que hagan algo, porque estar en la calle sin casa, ni dinero ni comida la verdad es que es para hacer algo. Primero están las personas y creo que la decisión de la rectora ha ido por ahí, por atender las necesidades de estas personas sin meterse en el transfondo político, cuyos planteamientos suelen ser bastantes simples en este tema', remachaba José Manuel Marqués, profesor universitario.

'A mí no me parece mal que se hayan encerrado, siempre y cuando se les preste la atención necesaria hasta que ellos consigan su objetivo. Como cualquier persona ellos tienen derecho a que se les trate con dignidad y a que se les ofrezca la oportunidad de encontrar un trabajo de forma legal', comentaba Álvaro Sánchez, estudiante de segundo de Empresariales. 'Veo bien lo que ha hecho la rectora de brindarles ayuda durante su estancia, otra cosa será si se producen altercados aquí'.

'Es una forma de protesta más, pero no creo que se la mejor para conseguir los papeles, aunque lo lógico es que se les preste ayuda. ¿La postura del Gobierno?, pues que hay otras formas de solucionar las cosas que no sea por la fuerza o con el trato que se les da a los inmigrantes', apuntaba Tamara Villaverde, estudiante de Ciencias Ambientales. 'Encerrarse en lo poco que pueden hacer para luchar, no tienen otros medios. Pero todo lo que rodea este asunto no son más que estrategias políticas tanto de unos como de otros, eso está claro', añadía Begoña Blanes, una de los muchos estudiantes que no dudaron en expresar su opinión sobre el encierro de los inmigrantes.

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