'Queremos un trato de igualdad'
Estancadas las negociaciones sobre su adhesión a la UE, Polonia sospecha que los Quince intentan obtener ventajas competitivas frente a algunos aspirantes a la ampliación. 'Esto sería inaceptable', afirma el presidente de la Dieta (Cámara baja del Parlamento) polaca, Marek Borowski, quien reclama para su país un trato de igualdad, tanto en las obligaciones como en los privilegios de pertenecer a la Unión. A pesar de las piedras que obstruyen el camino de la negociación -principalmente la agricultura y la financiación-, Borowski confía en que su país se integrará en la UE el 1 de enero de 2004, según el calendario previsto. Así lo aseguró en una entrevista concedida ayer a EL PAÍS, parte en conversación directa y parte mediante cuestionario escrito.
'Tenemos la sensación de que la UE busca una ventaja competitiva sobre los aspirantes'
Pregunta. ¿Están las negociaciones con la UE en un callejón sin salida?
Respuesta. Es difícil hablar de un situación sin salida cuando ya tenemos cerrados 23 capítulos de la negociación. Mejor sería hablar de aceleración. Durante la sesión negociadora que comenzó ayer pensamos cerrar dos capítulos más: política de transportes y pesca. Hemos avanzado mucho en el capítulo de la justicia y los asuntos interiores, y esperamos cerrarlo a finales de julio. Pero todavía quedan por negociar los capítulos más difíciles: agricultura, presupuesto y finanzas, así como política regional. En el de agricultura, Polonia está haciendo grandes esfuerzos, para dejar los asuntos financieros a la última fase de la negociación.
P. ¿Considera justas las exigencias europeas sobre la adhesión?
R. Ante todo, hay que constatar que Polonia quiere ser miembro de la UE, y por lo tanto, está dispuesta a aceptar los requisitos impuestos a todos sus miembros. Pero es importante que se respete el principio de igualdad de tratamiento. Si los miembros de la UE cumplen con las exigencias de la Unión, deberían también poder beneficiarse de los privilegios. En el caso de Polonia se trata sobre todo del sector agrícola. Se puede llegar a la conclusión de que un periodo de transición, en ciertos sectores, sería favorable para ambas partes.
P. ¿Cómo puede salvarse el escollo de la agricultura?
R. La agricultura polaca puede tener problemas con la competencia. La limitación de los pagos directos propuesta por la UE seguramente no contribuirá a aumentar el nivel de competencia del agricultor polaco. Hay que tener en cuenta que aunque éste recibirá el 100% de los pagos directos garantizados por la Unión, esto no será más que una tercera parte de lo que se le da al agricultor alemán. Las limitaciones financieras de la UE no pueden significar un deterioro de la agricultura polaca. Durante la negociación de adhesión ni siquiera puede nacer la sensación de que la UE quiere lograr una ventaja competitiva sobre los candidatos, y a veces tenemos esa sensación. Esto sería inaceptable.
P. Preocupa también, especialmente a Alemania, la llegada masiva de mano de obra polaca...
R. El mito de la afluencia de la mano de obra polaca en Alemania tiene la misma veracidad que la afirmación de que, después de la adhesión, los alemanes comprarán masivamente tierras en Polonia. Los sondeos demuestran que los polacos son un pueblo de una movilidad relativamente débil. Además, la UE necesita inmigrantes.
P. ¿Es la integración de España, en 1986, un buen ejemplo para su país?
R. España supo beneficiarse de la adhesión, reestructurar su economía, pero obtuvo también, por ejemplo, periodos transitorios en la agricultura, como la reducción progresiva de derechos arancelarios. España utilizó muy bien los fondos estructurales y de cohesión para desarrollar su infraestructura de transportes, logró éxitos en su lucha contra el desempleo.
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