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Reportaje:

Un republicano en la alcaldía de Belfast

Alex Maskey, primer regidor del Sinn Fein en la capital de Irlanda del Norte, ha sobrevivido al boxeo y a varios atentados

El largo y tortuoso camino hacia la paz en Irlanda del Norte pasa por gestos como el que ocurrió el miércoles en el Ayuntamiento de Belfast. Mientras en los barrios orientales de la ciudad los radicales llevan días resucitando la guerra, un modesto pero ya dos veces decisivo grupo multirreligioso, el Partido de la Alianza, dio la alcaldía de la ciudad al candidato del Sinn Fein, Alex Maskey. Es la primera vez que los republicanos de Gerry Adams obtienen la alcaldía de Belfast, un cargo que se renueva cada año y ocupado ya en 1997 y 1998 por Alban Magines, un católico nacionalista moderado.

La elección de Alex Maskey ha sido polémica por lo que representa, pero también por la propia personalidad del nuevo alcalde, odiado por los lealistas protestantes. Nacido en 1952, educado en el Saint Malachy College y el Instituto de Belfast de Enseñanza Superior, Alex Maskey está casado, tiene dos hijos y una nieta. Se ganó la vida como obrero en los muelles de Belfast y como barman. Pero su gran afición ha sido el boxeo. Cruzó 75 combates como aficionado, en los que sólo cosechó cuatro derrotas.

Militante republicano desde los primeros disturbios, entre 1971 y 1975 fue detenido dos veces e internado como sospechoso de pertenecer al IRA, aunque nunca fue condenado. En 1993 fue el primer concejal republicano en Belfast. Fue uno de los principales negociadores del Acuerdo de Viernes Santo y en los últimos años ha sido el enviado diplomático del Sinn Fein ante el independentismo vasco.

Su cuerpo bajito y rechoncho ha quedado marcado por las balas enemigas. Ha sobrevivido a varios atentados y en uno estuvo a punto de dejar la vida. Fue en 1987, cuando un lealista le tiroteó enfrente de su casa. Maskey, malherido, logró entrar en la vivienda y salvar la vida, pero en el quirófano quedaron medio estómago, un riñón y parte de un pulmón. 'Me han tiroteado porque estoy dispuesto a seguir de pie, defendiendo los derechos de los nacionalistas', declaró tras pasar tres semanas en el hospital.

Él asegura que el peor momento de su vida fue el asesinato de un amigo suyo, Alan Lundy, cuando examinaba su casa para mejorar la seguridad. 'No hay nada que me haya permitido superar eso', declaró tiempo atrás el ahora alcalde. 'Nunca he podido hacer lo suficiente por Margaret Lundy y sus cinco hijos. Sé que no soy culpable, pero siempre me he sentido culpable. Él estaba cuidando de la seguridad de mi casa y murió por ello'.

Maskey nunca ha querido dar más importancia a los intentos de acabar con su vida. 'No me los tomo como algo personal', declaró el miércoles tras ser elegido alcalde. 'Tanto en la política como en las negociaciones que desembocaran en el Acuerdo de Viernes Santo he trabajado con muchos de los que me hubieran atacado en el pasado'. Ayer, tras tomar posesión como alcalde, se comprometió a contar con todos: 'Es una opción de los políticos el trabajar juntos. Yo tengo el compromiso de trabajar con los otros partidos de manera colectiva y cívica'.

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