Empresarios y políticos portugueses alertan sobre la "amenaza" española

Un grupo de destacados empresarios portugueses alertó el pasado sábado al nuevo Gobierno de centro-derecha, durante un encuentro en una casa privada en Sintra, sobre la 'amenaza de la invasión española' ante las próximas privatizaciones de empresas estatales, según han informado fuentes políticas lusas. A la reunión asistieron cinco ministros, el jefe de la Casa civil del presidente de la República, el gobernador del Banco de Portugal, el ex primer ministro Aníbal Cavaco Silva y el comisario europeo responsable de Justicia e Interior, António Vitorino.

El empresario José Manuel de Mello reunió desde el almuerzo hasta la cena a varias decenas de gestores, banqueros y políticos para debatir el mantenimiento de los centros de decisión estratégica en Portugal, si bien la preocupación fundamental fue la denominada 'amenaza española', según confirmaron varios asistentes al encuentro.

Un día antes de la reunión, el primer ministro, José Manuel Durão Barroso, anunció la puesta en marcha de un nuevo proceso de privatizaciones que afectará en los dos próximos años a empresas papeleras (Portucel), de combustible (Galp), de energía (EDP), líneas aéreas (TAP), aeropuertos nacionales (ANA) y otros sectores como aguas, astilleros navales y administraciones portuarias.

La noticia, adelantada esta semana por el diario Público, afirmaba en su portada a cuatro columnas que 'el peligro de la entrada de los españoles en sectores estratégicos de la economía portuguesa dominó las intervenciones' del mencionado encuentro que fue moderado en parte por el ex primer ministro conservador Aníbal Cavaco Silva. 'Las alertas sobre el riesgo de privatizar empresas públicas en sectores estratégicos' fueron lanzadas por diversos empresarios, sin que hubiese gran discusión o polémica sobre el asunto y mientras los ministros se mantuvieron discretos, escucharon y tomaron notas.

A la reunión asistieron la ministra de Finanzas, Manuela Ferreira Leite; el de Defensa, Paulo Portas; el titular de Economía, Carlos Tavares; el de Salud, Luis Filipe Pereira, y el de Ciencia y Educación, Pedro Lynce, además del jefe de la Casa Civil del presidente, Moraes Cabral; el gobernador del Banco de Portugal, Vítor Constâncio, y el comisario europeo de Justicia e Interior, el portugués António Vitorino. La publicación en EL PAÍS, el pasado domingo 26 de mayo, de una información sobre el resurgimiento del fantasma de la invasión española desde la llegada del nuevo Gobierno provocó una cierta polémica en los medios de comunicación, alguno de los cuales criticó la calificación de 'patriotero y anacrónico' al rebrote nacionalista. La información se limitaba posteriormente a recoger las declaraciones realizadas en menos de un mes por varios dirigentes políticos, empresarios y columnistas contra intereses y empresas españoles, todo un síntoma de esa nueva oleada. Una semana después se producía la mencionada reunión en Sintra. El diario Público tituló la noticia a cuatro columnas en portada: 'Gestores preocupados con la invasión española', y en el interior: 'Amenaza española preocupa élites'. Un editorial de este periódico reconocía que la alarma sobre la invasión española no se corresponde con la realidad, al ocupar España el sexto puesto entre los inversores extranjeros, tras el Reino Unido, Francia, Alemania, Bélgica u Holanda. Un fantasma, por tanto, que no se reproduce con todos estos países, cuyas inversiones son aceptadas con normalidad. Deshecho el mito, se pregunta el periódico qué desean los empresarios.

'Y la respuesta es obvia: protección'. Y añade: 'Una vez que no se pueden cerrar las fronteras a los productos competitivos españoles, [los empresarios] quieren que el Estado, al menos, los proteja en los concursos públicos'. Por su parte, un editorial del Diário Económico afirmaba que el 'mantenimiento de los centros de decisión estratégica en Portugal se ha convertido en un eufemismo para describir