Magnífico, feo, duro asunto
Matthieu, un obrero del norte industrial francés, se subleva íntimamente al ver caer abatido a su padre, de 53 años, que, tras décadas de trabajo en una empresa, es despedido por fumar un cigarrillo. Pero la sublevación íntima abre paso a una forma más grave de respuesta cuando el padre muere, víctima de su abatimiento.
No son estos tiempos en que un crimen social obtiene respuesta colectiva. Las luchas de clases han sido atomizadas, pero están ahí, laten, existen y adquieren formas individuales de rara dureza y virulencia. La respuesta a su herida es buscada por Matthieu en los viejos e inagotables territorios del desquite y la venganza, y organiza y desencadena el destrozo de la vida íntima del patrón de su padre muerto con una fría y feroz estrategia de seducción de su mujer.
SEGÚN MATTHIEU
Dirección: Xavier Beauvois. Guión: Catherine Breillat, Cédric Anger, Beauvois. Intérpretes: Nathalie Baye, Benoît Magimel, Antoine Chappey, Fred Ulysse, Jean-Marie Winling. Género: drama. Francia y Reino Unido, 2000. Duración: 100 minutos.
Hay mucha verdad en este retrato de la condición obrera bajo las nuevas, oscuras y despiadadas formas de la explotación del capital. El filme está dirigido por Xavier Beauvois con magnífica intensidad y notable precisión. Su desarrollo responde, y no decepciona, a la expectativa que genera su doloroso planteamiento. Tiene fuerza de arrastre y la crueldad que escapa de él no tiene sabor a gratuita, porque el dúo interpretativo entre Nathalie Baye (una de las grandes del cine francés) y Benoît Magimel (actor muy joven y más que prometedor, pues obtuvo el premio de interpretación en el Festival de Cannes de 2001 con su gran réplica a la inmensa Isabelle Huppert de La pianista) bordan este terrible y (porque va a la raíz de un feo asunto escondido, que sigue aquí, y crece y se multiplica) radical filme.
Babelia
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