El Parlament obliga a retirar la lista de lecturas obligatorias en la ESO

El rechazo del dirigismo en el ámbito escolar y cultural unió ayer a todos los grupos parlamentarios frente al Gobierno catalán. El resultado fue un acuerdo del Parlament que obliga al Departamento de Enseñanza a suprimir la lista de lecturas obligatorias para los alumnos de Enseñanza Secundaria en las asignaturas de literatura catalana y castellana.

La lista de 22 autores en literatura catalana y 20 en literatura castellana fue introducida por Enseñanza en las instrucciones para el curso 2001-2002, que ahora finaliza. Esta medida provocó una fuerte oposición entre los profesores y los editores, y ayer la comisión de cultura del Parlament instó al Gobierno catalán a no incluirla en las instrucciones para el curso 2002-2003.

La propuesta fue presentada y defendida por el diputado Roberto Labandera, del grupo PSC-Ciutadans pel Canvi, y apoyada en el debate que originó por los diputados Josep Bargalló, de ERC; Dolors Comas, de Iniciativa Verds (ICV), y Carina Mejías, del PP.

La posición del PP resultó decisiva para determinar la derrota de CiU, que se opuso a la propuesta. El diputado de CiU Frederic Gené defendió una enmienda para que Enseñanza mantuviera en las instrucciones para el curso 2002-2003 'una lista de lecturas orientativa y renovable' a fin de promover y facilitar la elección de las lecturas para el alumnado de ESO en la enseñanza de las literaturas catalana y castellana'. Esta enmienda fue rechaza por todos los demás grupos y la diputada del PP explicó que no la aceptaba porque consideraba que era 'dirigista' y restaba libertad de actuación a los profesores de literatura.

En parecidos términos había defendido Labandera la supresión de la lista. La selección llevada a cabo por Enseñanza en 2001 dejó fuera de las opciones de lectura obligatoria, por ejemplo, a autores que son considerados clásicos de la literatura infantil, como Manuel de Pedrolo, Josep Vallverdú y Josep Maria Folch i Torres.

Si toda selección implica dejar fuera a autores de interés reconocido, en este caso los damnificados no fueron sólo los autores, sino también las editoriales. Estar o no estar en la lista supone en la práctica tener o no tener una posición privilegiada en el mercado juvenil.

Labandera explicó que la literatura juvenil e infantil vive un excelente momento en Cataluña, tanto desde el punto de vista editorial como de la creación. La imposición de una lista tan reducida, argumentó, perjudica a unas editoriales frente a otras y no favorece la aparición de nuevos valores.

A pesar de que CiU defendió una lista de lecturas orientativa -no obligatoria-, Enseñanza aseguró ayer por la tarde, a través de un portavoz, que 'las listas ya han sido retiradas de las instrucciones del departamento para el próximo curso'. Las instrucciones no han sido todavía publicadas y el portavoz afirmó que en ellas no constarán listas de lecturas obligatorias ni tampoco las orientativas. Aseguró que la consejera, Carme-Laura Gil, avanzó ya la decisión a un grupo de editores en una reunión celebrada el pasado 13 de mayo.

Durante este curso, el departamento ha consultado la idoneidad de las listas con profesores de literatura mediante una encuesta. Escuchados éstos, 'se ha optado por dejar que sean ellos mismos quienes decidan las lecturas más adecuadas'.