Un juzgado admite la querella contra un colegio por la muerte de un niño
Un juzgado granadino ha admitido a trámite la querella presentada por una familia granadina contra el colegio privado Monaita donde murió hace dos meses atragantado con un alimento Carlos López Márquez, un niño de tres años que padecía espina bífida. Los padres del fallecido denuncian al colegio y a la profesora que estaba a su cuidado de un supuesto delito de homicidio por imprudencia.
La enfermedad que padecía este niño le hacía tener dificultades para caminar con normalidad y controlar sus esfínteres. Por ello necesitaba cuidados especiales que, según los padres, la dirección del colegio les había garantizado. Sin embargo, el día 5 de abril, cuando Carlos comía la merienda que el propio centro le suministraba sólo había una profesora en clase que no se percató de los problemas del niño hasta que una alumna lo descubrió. Cuando llegó la ambulancia del 061 el niño ya tenía muerte cerebral.
La delegada de Educación de la Junta en Granada, Carmen García Raya, aseguró que este colegio no había solicitado en ningún momento un diagnóstico a los equipos de orientación sobre las necesidades del niño a pesar de que es un requisito a la hora de escolarizar a un alumno con características especiales. Según el informe elaborado por la delegación, el colegio asegura que no informó sobre tales características por expreso deseo de sus padres, algo que niegan ellos.
Educación realizó una inspección justo después del incidente y descubrió que en la clase a la que asistía Carlos había más niños de los permitidos. Además, cuando hay algún niño con necesidades especiales, el número de alumnos debe disminuir.
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