Italia se entrena ante Ecuador
Vieri, autor de los dos goles, y Totti se bastaron para aniquilar a un rival endeble
Echándole un vistazo a las alineaciones antes de comenzar el partido ya existían motivos por sospechar que no iba a ser este Italia-Ecuador uno de los grandes partidos de todos los tiempos. La selección ecuatoriana contaba en el once inicial con ocho jugadores que militan en su propia Liga; uno que juega en el Hibernian, escocés; otro en el Necaxa, mexicano, y el crack, el delantero Delgado, en el Southampton, ingles, que, temporada tras temporada, es el equipo más pedestre de la Premier League.
Por las dudas, Giovanni Trappatoni, el galardonadísimo seleccionador italiano, decidió no arriesgarse. Dejó a Del Piero en el banquillo, puso a sólo dos jugadores ofensivos, Vieri y Totti, y a los demás detrás del balón.
Los centrocampistas italianos, Di Biagio, Tommasi, Zambrot-ta..., se encargaron de cortar el aire a los ecuatorianos y Vieri, en menos de media hora, administró las dos puñaladas de la muerte. De ahí en adelante Italia apagó las luces, cerró la puerta y... buenas noches.
Italia sigue entre los favoritos para ganar el Mundial de la misma manera que lo fue antes del relajante partido de entrenamiento que tuvo ante Ecuador. No existe ninguna información nueva sobre la que emitir juicios diferentes a los que se podrían haber emitido hace un mes. Sobre las perspectivas de Francia, Argentina y Brasil, tras los primeros partidos que han disputado, se puede mantener una interesante conversación.
La única pregunta que surge del partido en el Sapporo Dome, un estadio de techo cubierto, es: ¿Qué hacían esos jugadores en el mismo campo, en la misma competición, que una selección italiana con gente de la talla de Totti, Festa y Maldini y entrenada por un hombre que ha ganado tres Copas de Europa y ocho Ligas italianas?
La facilidad con la que los italianos le quitaban el balón a los ecuatorianos era pasmosa. Totti y Vieri no tenían necesidad de nadie para, los dos solos, someter a la defensa de Ecuador a un martirio. A veces uno tenía la sensación de estar presenciando un partido entre padres e hijos pequeños. Si los italianos hubieran querido batir el récord de los alemanes contra Arabia Saudí, si ese impulso existiera en su naturaleza, lo podrían haber hecho.
Lo más extraordinario del caso es cómo Ecuador quedó segundo, tras Argentina y por delante de Brasil, en el grupo suramericano de clasificación para el Mundial. Obliga a repensar la ortodoxia según la cual se juega al fútbol mejor en America Latina que en África. O, al menos, a matizarla.
No hay nadie de la talla de Argentina y Brasil en África, pero selecciones como las de Senegal, Nigeria y Camerún, cuyos jugadores casi sin excepción juegan en Europa y, como se ha visto, son capaces de meter a importantes selecciones euopeas en serios apuros, están muy por delante de Ecuador. O, si no, si fue sólo que tuvieron un mal día contra Italia, ¿por qué ningún entrenador de ningún club europeo ha hecho el esfuerzo de fichar al menos a uno de los 20 seleccionados ecuatorianos que siguen jugando en su país?
Y si por casualidad alguno lo había pensado lo más seguro es que, tras este partido, habrá cambiado de opinión. Lo cual es una pena para los cientos de aficionados ecuatorianos que estuvieron en el estadio. Lo pasarán bien en Japón, pero, entusiasmados por lo que resulta haber sido un espejismo, esperaban mucho más.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.