Educación privada, espera pública
La rápida construcción de un colegio privado en Alicante contrasta con el retraso de los centros públicos
En tan sólo cinco meses se construye en Alicante una escuela privada en la que todas las Administraciones se han volcado. Sin embargo, la construcción de un centro público, sobre un solar que cedió el Ayuntamiento de Alicante a la Consejería de Educación en 1993, no ha empezado, y tampoco parece, a juzgar por el estado de la parcela, que las obras se acometan en breve.
Los hijos de los eurofuncionarios de Alicante tendrán en septiembre un flamante centro docente en la zona del campo de golf con una educación de calidad, mientras que cientos de estudiantes de los barrios de la zona norte continuarán hacinados en barracones en la escuela pública. La construcción de la Escuela Europea avanza a un ritmo frenético. Los plazos se están cumpliendo, y una vez concluida la estructura del edificio, las obras encaran su recta final con el objetivo de inaugurar el curso el próximo 5 de septiembre. Este centro de élite, pensado para los hijos de los eurofuncionarios de la OAMI (Oficina de Armonización del Mercado Intertior) ofrecerá una educación de excelencia con programas plurilingües (inglés, francés, italiano y castellano).
El proyecto, en el que colaboró el Ayuntamiento de Alicante con la cesión gratuita de esta parcela de 25.000 metros cuadrados en tan sólo una semana, la Generalitat, que que sufraga las obras, y la Unión Europa que dotará el profesorado, arrancará el próximo curso con 450 alumnos de infantil y primaria. La matrícula se ha cubierto en tan sólo unos días.
La eficacia, interés y celeridad de todas las administraciones, gobernadas por el PP, implicadas en la construcción de este centro privado sorprende y al mismo tiempo 'indigna' a los centenares de padres, profesores y alumnos de los barrios de Alicante que demandan nuevos centros públicos. El caso más flagrante es el del solar del Instituto Cerámica Los Angeles, sobre el que se han realizado decenas de manifestaciones y protestas, y cuyas obras acumulan un retraso de ocho años, pese a los reiterados anuncios y plazos incumplidos por parte de los responsables de Educación.
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