El taller como exposición

El primer fin de semana de Tallers Oberts de Ciutat Vella tuvo que competir con dos rivales potentes. El sábado, los barceloneses sintonizaban con Gaudí en una jornada de puertas abiertas. Ayer, la sintonía era televisiva. La selección española intentaba romper el maleficio de perder siempre en el primer partido del Mundial de Fútbol. Los serios contrincantes no fueron, sin embargo, obstáculo para que el resultado de la iniciativa haya resultado gratificante para un buen número de participantes. En resumen, este fin de semana, Gaudí se ha acercado un poco más al cielo, Camacho a los octavos de final y Tallers Oberts al público. Todo positivo, excepto por algún robo que se produjo en Ciutat Vella. Los asaltantes se aprovecharon de un público desprovisto de tensión y muy identificable con su plano en la mano. La confluencia entre las calles de Ferlandina y de Joaquín Costa fue el escenario, a media mañana, de un agresivo tirón.

La oferta que han brindado estos días los talleres abiertos de artistas de Barcelona ha resultado atractiva. Algunos han apostado por mostrar su momento artístico. Milán era uno de ellos. 'He vendido, aunque no era mi intención. Lo que quería era enseñar el estado de mi obra, que está viviendo un proceso de acercamiento de la cultura occidental y la oriental'. El creador mexicano, 'legal', se apresuró a decir Francisco Merino, se mostraba entusiasmado. 'Cada vez se nota más el interés de la gente, que pregunta y que desea mantener contacto directo con el artista', explicó. También había vendido.

Desde su taller de grabado, Roser Sales también se manifestaba en esta línea y se mostraba satisfecha con el planteamiento de la organización. 'Ha habido gente que se ha presentado en mi estudio con una idea clara de la obra que querían ver. Y es porque han visto la fotografía en los puntos de información'. En la sede del Fad y en el centro cívico del Pati Llimona, los interesados podían consultar los dossieres de todos los artistas participantes, lo que les permitía fijar un recorrido según sus apetencias.

Como una experiencia creativa común y con la idea de implicar al público en ella, se ha planteado su participación en Tallers Oberts el grupo Patatas Bravas, formado por las artistas argentinas Egle Casagrande, Daniela Ferreyra, Alma Larroca y Georgina Roô. En el quinto piso del número 1 de la calle del Marquès de Barberà han creado un espacio singular en el que ofrecen té frío y patata al horno caliente a todo aquel que desee compartir un rato de charla. El trabajo artístico consiste en recoger el relato escrito de quienes las visiten y la exposición de la imagen digitalizada de los visitantes. Con todo ello realizan una especie de work in progress que culminará el próximo fin de semana. Esta intervención lleva el nombre de El Paraíso se abre, inspirándose en un titular de prensa: 'El Papa dijo que el Paraíso existe, pero no es un lugar concreto'.

Los espacios que pueden visitarse en Ciutat Vella, en un recorrido que puede prolongarse durante varias horas, son de naturaleza distinta. Por ejemplo, un bar. El Imprevist, es un local con vocación artística que expone trabajos de Josep Bofill, que fue uno de los diseñadores del interiorismo. También pueden contemplarse obras de Elisabet Mabres. En otros espacios se muestra la manera de compartir lugar de trabajo por autores distintos. El taller común de Lourdes Comella, Iván Gómez, Brian Harris y Rosa Solano es un ejemplo de convivencia de artistas. Tanto por su obra, como por su personalidad. El visitante era recibido amigablemente con la invitación a refrescarse con una bebida.

La singularidad también se expresaba en el American Indian Museum, donde se pueden contemplar piezas de artesanía de los indígenas americanos junto a gran cantidad de información sobre la situación en que se encuentran estos pueblos.