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Reportaje:

La escuela de todos

Las comunidades de aprendizaje piden al Gobierno vasco que prolongue el modelo a secundaria

Hace seis años, el colegio público Virgen del Carmen de Pasaia (Guipúzcoa) era una escuela más. Eso sí, ubicada en un pueblo que atravesaba la resaca de una importante crisis industrial. El departamento de renovación pedagógica de la consejería de Educación del Gobierno vasco se fijó entonces en el centro y le propuso convertirse en una comunidad de aprendizaje. Los profesores y los padres de los alumnos aceptaron embarcarse en un proyecto cuyos pilares básicos son abrir la escuela al barrio y movilizar todos los recursos materiales y humanos posibles para ofrecer una enseñanza de calidad que supere las desigualdades entre escolares.

Este modelo educativo rompe con el molde de la escuela tradicional y conlleva cambios en la estructura interna y funcionamiento del centro. O, lo que es lo mismo, supone un esfuerzo adicional para maestros y padres. Lo saben bien tanto el Virgen del Carmen como los otros seis centros vascos (cinco vizcaínos y uno alavés) transformados con éxito en comunidades de aprendizaje donde se imparten infantil y primaria. Por eso, ahora piden al Departamento de Educación que también se implique y permita que este modelo se prolongue a la enseñanza secundaria.

'Los padres vemos que todo el esfuerzo puede quedar en nada, pues tras primaria tienes que mandar a tus hijos a un centro que no es capaz de entender el modelo educativo que han llevado hasta ese momento', se queja José Luis Polo. 'A esto se añade que Pasaia no tiene un centro público de secundaria', apunta la directora del colegio Virgen del Carmen, Belén Zudaire.

Zudaire y Polo rebobinan para ahondar en los pasos dados por Virgen del Carmen para afianzar el proyecto. Para empezar, padres y profesores comparten una comisión gestora encargada de tomar decisiones y dar coherencia a las propuestas educativas para el colegio. Un centro cuya infraestructura ha quedado en gran parte 'obsoleta', apuntan, por lo que reclaman al Gobierno vasco su renovación.

Como otros colegios, Virgen del Carmen incluye entre sus prioridades las nuevas tecnologías y los idiomas. Pero lo hace mirando a su entorno. Pasaia cuenta con una comunidad portuguesa importante, así que el centro, bajo la filosofía de valorar otras culturas, imparte clases de lengua portuguesa dentro y fuera del horario escolar.

Pero la diferencia de este centro radica en la forma de trabajar.Siguiendo la metodología cooperativa, el colegio se ha abierto a la comunidad, a fin de lograr que el aprendizaje de los niños sea fruto de la interacción de las aportaciones de profesores, padres y voluntarios de colectivos sociales, culturales y universitarios. Aún queda mucho por hacer, pero la senda abierta pasa por que alumnos de Pedagogía de la UPV ya comparten la clase con los maestros facilitando el trabajo en grupos o por que voluntarios del conservatorio enseñan guitarra y txistu. Los padres arriman el hombro enseñando mecanografía o gastronomía.

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