Nuevos catedráticos de bachillerato

Las noticias sobre las intenciones del ministerio respecto de las reformas que introducirá la Ley de Calidad van llegando con cuentagotas y ahora le ha tocado el turno al profesorado.

La intención de resucitar el cuerpo de catedráticos de bachillerato, en las condiciones que se anuncian, no puede calificarse más que de auténtico disparate. ¿Carrera profesional? Yo soy un profesor de secundaria que sacó su oposición en 1991, cuando la LOGSE había ya establecido el vigente régimen de profesorado, para dar clase en ESO y bachillerato o ciclos de grado medio y superior de la nueva formación profesional sin ninguna limitación.

Tras ocho años en el cuerpo podría optar a obtener la condición de catedrático, siempre que se convocaran por las administraciones competentes, y de obtenerla no perdería mi destino profesional. Ahora anuncian que me van a rebajar profesionalmente, al limitar mi competencia para dar clase a bachilleratos y ciclos de grado superior subordinándola al nuevo cuerpo de catedráticos, que las plazas de catedrático a las que podré optar serán sólo la mitad frente a la situación anterior, en que eran todas, y de obtener la cátedra perteneceré a un nuevo cuerpo, viéndome obligado a concursar por él, perdiendo mi destino.

Es decir, al cuerpo de profesores de secundaria nos quitan competencias; nos rebajan profesionalmente; nos obligan a perder nuestros destinos si queremos promocionarnos a catedráticos y a compartir esa posibilidad con cualquier titulado que no haya sido nunca docente, frente a la situación anterior, y nos dicen que eso mejora nuestra carrera profesional.

Debe señalarse, además, que muchos de los efectos de la creación del cuerpo de catedráticos en esas condiciones son claramente ilegales, al afectar a derechos adquiridos de los profesores de secundaria. El atropello es tan evidente que resulta casi ridículo tener que denunciarlo. Espero que sindicatos, organizaciones y Administración tengan el suficiente sentido común y buena fe como para evitarlo y no hayan de terminar decidiendo los tribunales.