Dos agresiones en Picassent revelan la saturación que padece la cárcel

Dos agresiones entre internos sucedidas el jueves en la cárcel de Picassent han vuelto a poner de manifiesto la saturación que padecen las tres cárceles valencianas. Picassent está alojando hasta tres presos preventivos en celdas diseñadas para albergar a un solo recluso. En Fontcalent la situación es similar. La capacidad inicial de 500 presos se ha quedado corta y alberga ya a cerca de un millar de internos que sufren problemas de asistencia sanitaria o lavandería. En Castellón, la propia Fiscalía ha reconocido en su último informe anual que el centro se encuentra desbordado.

Los incidentes violentos sucedieron ambos en los módulos de preventivos. Hacia las 14 horas, un interno arrojó a otro en el comedor la bandeja metálica en la que se sirve la comida y le produjo una brecha en la cabeza. En el módulo 4, la agresión fue más grave. En este caso se produjo un ataque con un objeto punzante elaborado por el propio interno que acabó con un recluso en el hospital General de Valencia. La Agrupación del Cuerpo de Ayudantes de Instituciones Penitenciarias (ACAIP) denunció ayer estos hechos, así como el excesivo número de internos que soporta el centro. En dos módulos de preventivos hay hasta tres internos durmiendo en celdas individuales, el tercero de los cuales descansa sobre un colchón de gomaespuma situado en el suelo ante la imposibilidad de añadir una nueva cama a la litera. De acuerdo con el responsable de centros penitenciarios de UGT, Manuel Sáez, en las 750 plazas del centro de cumplimiento de condena de Picassent hay unos 1.250 reclusos, y en el de preventivos, con capacidad para 600, 1.040 internos. Además, denunció que falta un 30% de funcionarios para gestionar la prisión con garantías así como el recorte en un 30% del presupuesto de mantenimiento.

El centro penitenciario alicantino de Fontcalent no va a la zaga. Con capacidad para 500 personas, acoge un millar, algunos de ellos también de tres en tres. Fuentes del centro advierten de que los niveles de masificación, si se mantiene el ritmo de entrada de presos, pueden llegar ser peligrosos en verano, dado el riesgo de motines por las malas condiciones. La falta de agua caliente en los últimos dos meses, los problemas en el servicio de lavandería o la falta de atención sanitaria son algunas de las quejas más recientes relacionadas con este centro.

La prisión de la carretera de L´Alcora de Castellón no está mucho mejor que las dos anteriores. La saturación en los módulos ha provocado que, incluso, el fiscal jefe de Castellón, Javier Arias, haya destacado en la memoria anual de la fiscalía, que el número de reclusos 'supera la capacidad aconsejable para este establecimiento penitenciario'.

Ante esta situación, la diputada del PSPV Josefa Andrés alertó de que pueden producirse motines en las cárceles de Picassent y Fontcalent debido a la masificación de reclusos.