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TIROTEO ENTRE LAS CHABOLAS DE LAS MIMBRERAS

Los vecinos del poblado 'no dan problemas' y están contra el narcotráfico, según la policía

Las víctimas querían evitar que la zona se convirtiese en un lugar como Las Barranquillas

F. Javier Barroso

'Los vecinos de Las Mimbreras [poblado marginal del distrito de Latina] no dan problemas'. Así describieron fuentes policiales a las 160 familias que viven en el asentamiento, alejado unos tres kilómetros del vecindario más próximo. Los investigadores creen, de hecho, que el tiroteo del miércoles, en el que murieron dos hombres, se debió a que éstos estaban en contra del narcotráfico y se opusieron a que el poblado se convirtiera en un hiper de venta de droga como Las Barranquillas (Villa de Vallecas). La policía tiene identificados a los seis autores del tiroteo, cuatro de los cuales aún no han sido detenidos.

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Muerte y marginalidad

Las Mimbreras se encuentra en el distrito de Latina, justo al borde de la autovía M-40, que marca el final del término municipal de Madrid. Se creó en 1995, en medio de un monte cercano al aeródromo de Cuatro Vientos. En un principio fueron realojados allí chabolistas de la calle del Aguacate (Carabanchel) y del Cerro de La Mica (Latina). Tras la desaparición del poblado de La Rosilla se convirtió en uno de los guetos más grandes de la capital, y allí malvive actualmente un millar de personas.

Las principales actividades de sus vecinos son la venta ambulante de frutas y flores y la compraventa de chatarra. Algunos moradores del poblado, en cambio, sí causan quebraderos de cabeza a la policía. Son aquellos que conducen modernas furgonetas y potentes coches.

'El patriarca [Carlos Estero] y su yerno [Jaime Barrull] asesinados ayer [por el miércoles] sabían que, si se instalaba la droga en el poblado, la policía estaría encima de ellos día y noche. Puede que algunos chabolistas cometan algún robo en municipios cercanos, pero nunca en el propio distrito', dice un mando policial. 'Además, la droga también les mataría a ellos, sobre todo a los jóvenes'.

Robos y 'alunizajes'

Robos con fuerza y alunizajes (asaltos a tiendas tras empotrar un coche contra los escaparates) son algunas de las modalidades delictivas. Un viejo conocido de la policía, antiguo vecino de Las Mimbreras, es David Bote Vargas, un joven de 19 años que ha sido detenido medio centenar de veces por este tipo de hechos delictivos. Los palos [delitos] que dan algunos chabolistas motivan que la policía esté encima de ellos. 'Los controles nocturnos son frecuentes. La presión a la que les sometemos hace que se trasladen a municipios cercanos, como Alcorcón y Leganés, para cometer sus fechorías', añade la misma fuente.

Esa presión policial ha permitido, según fuentes de la investigación, que ya estén identificados los seis participantes en la sangrienta refriega del miércoles. Además de los dos detenidos (los hermanos Celedonio y Ángel Jiménez Silva, el primero de ellos herido en el tiroteo), otros cuatro hombres intervinieron en la reyerta. 'En estos poblados es frecuente que haya gran cantidad de armas, sobre todo escopetas de caza', señalan fuentes policiales.

Los Ayuntamientos de Alcorcón y Leganés vienen reclamando desde hace años el desmantelamiento inmediato de Las Mimbreras por creer que este poblado es 'un foco de delincuencia'. El PSOE de Alcorcón, donde gobierna el PP, ya solicitó la clausura del poblado en octubre de 2000. 'Es un gueto, una bomba que sabíamos que podía estallar en cualquier momento', aseguró ayer el portavoz socialista, Enrique Cascallana.

El defensor del Pueblo, Enrique Múgica, también reclamó en esa misma fecha que el Ayuntamiento de Madrid desmantelara el poblado, ya que carece de los servicios imprescindibles y está situado a varios kilómetros de distancia del núcleo de población normalizado más cercano. El anterior defensor del Pueblo, Fernando Álvarez de Miranda, reprobó en 1998 al alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, del PP, por permitir su existencia.

Las Mimbreras lleva desde febrero de 1999 sin trabajadores sociales encargados de ayudar a su millar de habitantes. Se marcharon después de que un reducido grupo de vecinos del asentamiento destrozaran el local de trabajo de los educadores, donde estaba previsto abrir una escuela infantil para 45 niños. Fue la gota que colmó el vaso, ya lleno después de recibir repetidas amenazas y de sufrir otro asalto a un taller mecánico organizado para los jóvenes.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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