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Reportaje:

Así somos los europeos

El anuario estadístico de Eurostat ofrece una fotografía precisa de los ciudadanos de la UE

Gabriela Cañas

Uno de cada 12 europeos consulta cada día Internet, aunque la gran mayoría de los ciudadanos asegura que no lo hace jamás. Todos los europeos comen más de lo que necesitan. La mitad de los jóvenes franceses y españoles fuma y, sin embargo, entre los suecos sólo sufre la esclavitud del cigarrillo uno de cada cinco. Los españoles son los europeos que más optan por tener una casa propia, a pesar de los precios, y los escandinavos han encontrado su Eldorado en la industria de la alta tecnología.

Los datos que recoge el Anuario Estadístico de Eurostat es una precisa fotografía de la UE, esta gran zona que es el tercer país del mundo en habitantes, tras China e India, y cuya población se empeña en extinguirse poco a poco gracias a una bajísima tasa de fecundidad que se ha mantenido prácticamente estable en la última década del siglo XX, que es el periodo de tiempo que analiza este grueso anuario publicado ayer. 'Sí, se puede decir que es una fotografía de la ciudadanía europea', dice el director del anuario, Gregor Kyi.

Según este anuario, la UE terminó el siglo XX con 377 millones de habitantes (China tiene 1.273 e India, 1.029). En realidad, en la UE la población sólo viene a crecer cada año en un millón de almas, lo que en el contexto mundial, con un aumento anual de 80 millones, es poca cosa.

El gran asunto que quita el sueño a los políticos europeos, la inmigración ilegal, no forma parte de las estadísticas. Pero sí la inmigración legal, cuyo saldo fue positivo en 2000 en todos los países de la UE. Pero en los últimos años, esta inmigración ha cambiado su tendencia. Y así, aunque Alemania sigue registrando una fuerte presión migratoria, hay otros, como Italia, Reino Unido y España, que se están convirtiendo en grandes receptores. De hecho, los datos provisionales de 2001 indican que España fue ese año el primer país de acogida de la UE, recibiendo a uno de cada cuatro inmigrantes.

¿De qué se mueren los europeos? ¿Cuántas noches pasan en un hotel de vacaciones? ¿Cuántas ayudas reciben del Estado? ¿Cuántos trabajan a tiempo parcial? ¿Cuántos están en el paro? Casi todas las preguntas tienen respuesta en el anuario, cuyos resultados permiten odiosas comparaciones que no siempre gustan a los gobernantes. Y así, España, por ejemplo, sigue destacando por ser el país de la UE de mayor paro y menor tasa de fecundidad y el que, sin embargo, menos gasto público dedica a ayudar a la infancia y la familias. Por el contrario, es uno de los países de menor presión fiscal.

En Europa la obesidad quizá sea la pandemia de este siglo. Los finlandeses son los europeos que más cuidan este aspecto, pero lo cierto es que todos los ciudadanos de la UE consumen más calorías de las necesarias y la tendencia es creciente. Las europeas más gordas, por cierto, son las portuguesas y los más obesos, los griegos.

Los jóvenes europeos están cada año más preparados (el nivel de universitarios en Grecia es el más alto). Uno de cada cuatro europeos es universitario, una proporción similar en todos los países de la UE, a pesar de que es el gasto público el que diferencia a un estudiante español de un sueco o un holandés, ya que sus respectivos Gobiernos dedican entre el doble y el triple de dinero para los centros públicos. Eurostat demuestra, una vez más, que la armonización estadística no equivale a la armonización de los resultados.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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