El gobierno sevillano quiere dejar atada en este mandato la peatonalización de la avenida de la Constitución

El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Sevilla quiere dejar atada la peatonalización de la avenida de la Constitución, uno de sus proyectos estrella, antes de que acabe el actual mandato y, según anunció ayer el delegado de Tráfico, Blas Ballesteros, a principios del próximo año ya se sabrá cuál va a ser la nueva fisonomía de esta vía, la principal de acceso al casco histórico de la ciudad.

Ballesteros, y el arzobispo, Carlos Amigo Vallejo, se intercambiaron ayer sugerencias e información sobre la contaminación mediombiental de esta medida y su incidencia en la Catedral, cuya fachada principal da directamente a esta vía. El arzobispo puso al corriente al delegado de los estudios que se han hecho para comprobar el deterioro del templo y se mostró 'gratamente sorprendido' por las soluciones que baraja el gobierno municipal. Según Amigo, los daños más visibles de la Catedral son probablemente los de más fácil solución, mientras que los que más preocupan al Cabildo Catedralicio son los que afectan a la estructura del edificio.

No obstante, Amigo aseguró que la Catedral de Sevilla está considerada como una de las mejor cuidadas de España. 'Aunque eso no quiere decir que podamos cruzar los brazos. La Catedral exige una dedicación permanente'.

El delegado de Tráfico, por su parte, le facilitó al arzobispo informes sobre la contaminación que provoca en la avenida de la Constitución el tráfico rodado, 'especialmente el privado'. En los próximos días, representantes del Ayuntamiento y del cabildo se reunirán para terminar de coordinar informes e ideas. Después, la delegación de Tráfico mantendrá un encuentro con los autores de los 14 proyectos que se han presentado por ahora a la convocatoria, que se cerrará el próximos mes de noviembre.

Según Ballesteros, lo principal es que el proyecto ganador garantice la movilidad y tenga el consenso de la ciudadanía. 'La avenida la usan diariamente 35.000 personas para ir a trabajar y tienen que seguir haciéndolo'. Entre las distintas opciones que maneja el Ayuntamiento impera el uso de transporte público no contaminante, eléctrico o con gas comprimido. 'Pero hay que hacer algo estructural, no vale una lanzadera que llegue hasta la Plaza Nueva', advirtió Ballesteros.

Aunque la solución no se conocerá hasta principios de 2003, el delegado adelantó que la avenida sufrirá una transformación 'sin paliativos', que pasa, entre otras medidas, por cambiar el pavimento, construir un carril bici y ampliar el acerado.