El rostro del cansancio
De golpe, en este último peregrinaje papal, se han borrado de los ojos de la gente las imágenes que han marcado a más de una generación. Karol Wojtyla era el Papa del movimiento, el actor que en cualquier situación corría con energía el telón y avanzaba seguro por el escenario. (...) Incluso en los últimos siete años, devorado por el dolor, Wojtyla lograba transformar su cuerpo en instrumento de comunicación. (...) Ahora, ya no baja de los aviones bendiciendo, ya no sube a ellos despidiéndose con afecto. (...) Es dedicación suprema a su misión, afirman los íntimos. Un sacrificio humilde para compartir la pasión de Cristo. Pero esta sombra que viaja suscita inquietud. El gran predicador ya casi no habla. (...) Y mientras el mundo contempla esta situación dramática, el trasfondo de la misma ha cambiado. Las declaraciones del cardenal Ratzinger (...) han abierto una página nueva en el largo pontificado de Juan Pablo II. Antes de estas declaraciones, la dimisión del Papa era una mera idea, una hipótesis abstracta, (...) ahora se ha convertido en una alternativa concreta. (...) Cuanto más amarga sea la contemplación de un cuerpo inválido y atormentado, más se dudará sobre si esta tortura es necesaria. (...) Está a punto de inaugurarse la estación de las grandes maniobras subterráneas en el palacio apostólico. (...) Decidirán los cardenales. Decidirá, en última instancia, el Papa. A la gran platea (...) le quedará la imagen actual, dolorosa y conmovedora, de una gran voluntad. El destino ha convertido el cuerpo del Papa en una jaula.
Marco Politi
Roma, 24 de mayo
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