Nubes de guerra
Recibimos declaraciones beligerantes de Vajpayee en Cachemira y de George Fernandes en Rajastán y la Línea de Control repentinamente ha entrado en erupción con la artillería india. (...) Musharraf ha realizado maratonianas consultas con el Consejo de Seguridad Nacional y el Gabinete y con políticos y editores de periódicos. Obviamente, se está tramando algo fuera de lo común. Desde el punto de vista paquistaní, es el momento de examinar si la retórica india viene respaldada por un despliegue militar, y parece que sí. (...)
Mientras las potencias occidentales presionan para la reanudación de las negociaciones, siguen sin condenar la escalada militar india y han rehusado aceptar la distinción hecha por Pakistán entre terrorismo y lucha por la libertad. Es un fracaso de la diplomacia paquistaní que, pese a ser un Estado básico en la lucha antiterrorista, haya sido incapaz de convencer a los aliados de que hagan válida esta distinción. Estos países, a pesar del generoso apoyo de Islamabad en la guerra contra el terrorismo, están presionando a Pakistán para que deje de apoyar la lucha por la libertad en Cachemira, tachando a los muyahidin de terroristas.
La guerra debe evitarse, pero ¿a qué precio? No hay ninguna certeza de que el cumplimiento de las demandas occidentales de 'hacer más' lleven a una distensión india. No deben imponerse condiciones a Pakistán que dañen la confianza del pueblo cachemir. Al tiempo, debe recordarse que, si un enemigo se empeña en hacer la guerra, esta posibilidad debe encararse con calma y determinación.
Islamabad, 23 de mayo
