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Reportaje:

Toro Bravo en Tarragona

850 'marines' norteamericanos que participan en maniobras de la OTAN levantan un campamento junto al puerto

El desembarco de los marines en Tarragona para participar en un ejercicio de la OTAN que simula la invasión de España por un país ficticio denominado Mediterránea se inició el pasado 3 de mayo. Las lluvias convirtieron el muelle de Andalucía, en el puerto de la ciudad, en un lodazal sobre el que los marines tuvieron que edificar su campamento.

'Los primeros momentos son los más duros, dormimos en el suelo', explica la marine Yesenia Gillespie, hija de andaluza y estadounidense, 'y estuvimos seis días sin podernos duchar, hasta que se levantaron las tiendas y los servicios'. El campamento, que en un alarde de originalidad han bautizado Toro Bravo, dispone de alrededor de 100 tiendas de campaña con capacidad para 14 hombres cada una -las mujeres duermen en tiendas donde un letrero reza 'female'- , duchas, un pequeño gimnasio, cantina, cibercafé, locutorio telefónico, un comercio y lo indispensable para mantener a los 850 marines arribados a Tarragona durante dos meses.

El campamento es el centro de operaciones desde donde se distribuirá, por tren principalmente, el material que los soldados utilizarán en la lucha contra Mediterránea. En el ejercicio participarán 16.000 soldados de diferentes países de la OTAN. El material, 190 vehículos entre tanques, cañones, camiones y todoterrenos, se suministra desde dos buques de carga fondeados a dos millas del puerto.

La seguridad es extrema y, además de la vigilancia del área vallada donde se asientan por soldados fuertemente armados en tanquetas, un equipo de buzos controla continuamente los muelles. Se ha establecido un perímetro de seguridad alrededor de los dos buques y la Guardia Civil intercepta a cualquier barco no autorizado que se acerca más de lo debido. El acceso a la zona portuaria requiere ahora un control más exhaustivo. El fantasma del 11-S colea y las medidas de seguridad, según explicó el capitán Winston Jiménez, se han reforzado en cada detalle.

La presencia de los marines en Tarragona ha comenzado a percibirse durante este fin de semana: unos cuantos jóvenes sospechosamente rapados andaban ya por las calles de la ciudad haciéndose fotografías en grupo. Además del tópico del toro bravo y la paella, que algunos ya han probado, otros comentan la extrañeza que les ocasionó saber que en España no se aceptan dólares. 'No sabíamos lo del euro', dice la teniente D'Andrea, responsable del campamento y miembro del cuerpo de los Seabees, de ingenieros navales. Eso sí, la gran mayoría de los mandos se han mostrado interesados por los monumentos históricos de la ciudad.

El ejercicio se inicia hoy en Zaragoza, donde se usará fuego real y finalizará el 6 de junio. Pero el campamento estadounidense permanecerá dos semanas más, tiempo previsto para la devolución del material, una vez revisado, al barco y el desmantelamiento total del campamento.

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