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Reportaje:

El gigante azul saca la podadera

IBM recorta su plantilla por la caída de ventas y beneficios y el deterioro de sus expectativas

Palmisano tiene perspectiva histórica. Ha hecho toda su carrera en la casa, donde entró en 1973 como becario, y nada puede compararse a la situación en que hace nueve años llegó al timón Louis Gerstner, el hombre de quien él acaba de tomar el relevo. Entonces IBM atravesaba la peor crisis de su historia, estaba en vísperas de presentar pérdidas sin precedentes y a punto de ser desmembrada. Hoy se mantiene como modelo, hasta el extremo de que la fusión de HP y Compaq fue presentada como un intento de hacer a la firma de California más al estilo de lo que es la de Nueva York.

Ni los responsables de la compañía ni sus portavoces quieren comentar sobre las informaciones de que entre 8.500 y 9.500 trabajadores de IBM van a perder sus puestos antes del verano, empezando en cuestión de días. Es un recorte de entre el 2,5% y el 3% de una plantilla de 318.000 trabajadores en todo el mundo, que algunos analistas califican de conservador por estimar que una poda del 5% tampoco perjudicaría a Big Blue.

A pesar de los malos resultados, el grupo ha capeado el temporal de la reducción en el gasto en alta tecnología mejor que sus competidores
Palmisano cree que el futuro de IBM pasa por la 'informática de grifo', la venta de soluciones tecnológicas al cliente a través de Internet
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Retraso en las compras

El negocio de la tecnología de la información anda deprimido porque las empresas siguen resistiéndose a invertir al final del túnel de la suave recesión que empezó el año pasado. Puede que la recesión haya concluido, pero la recuperación no será fogosa y ese tipo de inversión no se realiza hasta que la actividad económica ya se ha recuperado plenamente. En el primer trimestre del año, los beneficios netos de IBM cayeron un 32%, y la facturación, un 12%, el peor resultado en casi una década. Como en el trimestre anterior, el negocio reportó 1.000 millones de dólares menos de lo presupuestado.

Para el conjunto del año, los analistas calculan ventas en torno a los 83.000 millones de dólares, frente a los 85.900 del año pasado. 'En todo el mundo, los clientes han decidido posponer la adquisición de tecnología, y eso nos ha perjudicado en todos los sectores', comentó Palmisano al presentar en público unos resultados que calificó de decepcionantes. 'Nadie puede predecir el momento de la recuperación'.

En una posterior comunicación interna exclusiva para los empleados, fue más allá: 'Está claro que el sector no se va a recuperar este año', dijo antes de señalarles que 'tampoco va a crecer un 10%-11% el año próximo'. La compañía había planificado su estrategia y dimensionado su plantilla, 'asumiendo que íbamos a tener un robusto crecimiento que no termina de llegar'. En consecuencia, habría que recortar operaciones. Y con ellas, personal.

Algunos responsables hacen notar que la plantilla de IBM está en constante flujo y reflujo, siempre ajustándose a las necesidades de negocio. El año pasado, cuando ya otras empresas de alta tecnología estaban recortando, IBM seguía contratando trabajadores, hasta llegar a 318.000, por encima de los 302.000 de diciembre de 1992, a los que Gerstner dejó drásticamente en 220.000 dos años más tarde, en pleno proceso de salvación del entonces debilitado gigante.

A pesar de los malos resultados de ahora, IBM ha capeado el temporal de la reducción en el gasto en alta tecnología mejor que rivales como HP, Oracle o Sun Microsystems, gracias a su división de Servicios Globales, a la que está adscrita la mitad de la nómina y factura 35.000 millones de dólares, más del 40% del total. De ahí creen los analistas que saldrá una parte del recorte, con posibles complementos de la sección de grandes ordenadores para negocios y las divisiones de venta y distribución, dado que hay menos que vender y distribuir.

Servicios Globales fue convertido en la base y el motor de IBM por Palmisano, siguiendo instrucciones de Gerstner, que los concibió como un instrumento para mirar la tecnología con los ojos del cliente. Servicios Globales integra orgánicamente todo el sistema tecnológico y sus 150.000 empleados lo mismo diseñan los sistemas informáticos de una empresa que controlan las operaciones de una telefónica.

Palmisano exige resultados desde el primer momento y en IBM se recuerda cómo cuando el 1 de marzo asumió el máximo poder ejecutivo una de sus primeras medidas fue convertir en semanales las reuniones sobre previsiones de venta, que se hacían cada mes. El jefe exige compromisos y resultados. Hubo un año en que mantuvo reuniones diarias a las siete de la mañana y las nueve de la noche, del 26 al 30 de diciembre, con los responsables de la división que entonces dirigía hasta conseguir que se completara el programa de ventas previsto para el trimestre.

Hombre de iniciativas rompedoras (promotor de una inversión de mil millones de dólares en Linux, el software gratuito concebido como una alternativa a Microsoft; abandono de la fabricación de ordenadores domésticos), Palmisano está preparando a Servicios Globales para lo que considera la futura fase del desarrollo informático, lo que en la jerga del sector se llama 'informática de grifo': transferencia por Internet de tecnología que encuentre y solucione automáticamente los problemas que pueda tener el cliente en sus redes.

La fusión de HP y Compaq -presentada por Carly Fiorina, la consejera de la nueva compañía, como el mejor método de competir con IBM- preocupa lo justo a Palmisano, que esta semana ha visto cómo aumentaba su ventaja con respecto a los rivales en el campo de ordenadores para servidores, el núcleo de las redes de otros ordenadores, con variaciones de tamaño que van de lo gigantesco a lo pequeño. La facturación cayó un 8,9% en el primer trimestre, confirmando la contención de la inversión, pero IBM sigue de líder, con el 29,3% de la facturación y un incremento de 1,3 puntos en la cuota. Le sigue Sun Microsystems, con el 23,6% y un 2,2%. La combinación de Compaq (12,6% y caída del 1,3%) y HP (9,6% tras subir el 0,8%) queda todavía en el número tres, con el 22,2%. IBM tiene desafíos en otras líneas del negocio, pero ninguna dificultad es tan grande como las que deben superar HP y Compaq para llevar a buen puerto su fusión. 'Vamos a asumir que el sector no tiene una gran recuperación en el 2002. Si seguimos aumentando la cuota de participación, es lógico pensar que cuando se recupere la inversión nos va a seguir yendo bien', dice Palmisano.

La crisis no alcanza al optimismo

El previsto recorte de plantilla en IBM sigue al de los mil trabajadores licenciados en noviembre en la división de semiconductores, afectada por la más abrupta caída del negocio en una década, y no tiene en cuenta a los 17.000 adscritos a la división de almacenamiento de datos en disco magnético, que van a ser traspasados a una operación independiente controlada al 70% por Hitachi. El distanciamiento de esta vertiente del negocio, que fue capital en el dominio de IBM en grandes ordenadores, revela la intención de la compañía de jugar fuerte en la investigación de la electrónica a escala molecular, con la que confía desplazar a la tecnología de almacenamiento en disco. Es una apuesta a muy largo plazo en términos informáticos, pero Sam Palmisano tiene otros desafíos a corto. Al presentar los resultados del primer trimestre, quedó en evidencia una caída del 3% en la facturación de Servicios Globales con respecto al mismo periodo de 2001 y del 25% en hardware. En software también hubo descenso, aunque mínimo. Datos positivos presentó, en cambio, el negocio de middleware, como se llama al software de comercio electrónico, donde WebSphere, el principal producto de IBM en esta actividad, creció un 53%. Los analistas señalan que Palmisano debe sacar el máximo partido al software y a los servicios, secciones con alto potencial de crecimiento, y aprovechar más las posibilidades comerciales de la red, por la que IBM sólo hace la cuarta parte del negocio. El número uno de Big Blue dice que es consciente de los retos y se pone como objetivo ganar en productividad y eficacia. Cree que a medio plazo la compañía volverá a crecer como en el pasado reciente, a una tasa de entre 2,5 y tres veces el PIB.

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