El 'papable' americano

Pocos discuten que el Papa goza de una pésima salud, pero faltaba saber si está, él personalmente, en situación de decidir cuándo debe decir basta, y jubilarse. Muchos vaticanólogos sostienen que es la Curia la que gobierna en la Santa Sede, poco interesada, por tanto, en aconsejar un retiro que lleve a la silla pontificia a un sustituto amante de cambios y relevos.

Lo que ayer quiso dejar claro el joven cardenal Maradiaga es que Juan Pablo II es un hombre lúcido, consciente de su situación física, y dispuesto a abandonar el pontificado cuando crea llegado el agotamiento insoportable de sus fuerzas. Las afirmaciones del prelado son calco de lo dicho el lunes pasado durante un descanso del congreso social celebrado por obispos de la UE y Latinoamérica en El Escorial. Pero Maradiaga, hombre de respuestas brillantes y directas, apuntó allí que el carácter anciano y sufriente del Papa, lejos de perjudicar a la Iglesia, la engrandece como ejemplo de coraje y valor en un mundo que arrincona sin piedad a los ancianos.

Lo ocurrido en Roma subraya, aún más, ese carácter de papable que adorna ya al cardenal Maradiaga. El gran eco de sus palabras en las agencias internacionales lo atestigua de sobra, y también el hecho de que, minutos después, el cardenal Ratzinger se viera obligado a adelantar lo que él mismo había declarado a una revista alemana para publicarse el próximo lunes.