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Reportaje:

Un coloso sin secretos

El hotel más alto de Europa, con 210 metros y 52 plantas, se inaugura hoy en Benidorm tras 14 años de obras

'El tamaño del edificio no tiene ningún secreto', confiesa Antonio Escario, el arquitecto de la torre más alta de España, que hoy se inaugura en Benidorm. 'Para levantarla hemos utilizado lo que la profesión ya sabe, el sentido común'. Se refiere al Gran Hotel Bali, el de mayor alzada de Europa, con 210 metros.

La capital turística de la Costa Blanca celebra la apertura de este hotel, el primer edificio de España en altura, ya que sobresale 53 metros por encima de la Torre Picasso de Madrid, considerada hasta ahora como el mayor enemigo urbano de los que padecen vértigo.

La estructura de hormigón armado de este gigante de 776 habitaciones tiene reminiscencias de la Torre Eiffel, la insignia del ingeniero francés especializado en estructuras metálicas Alexandre Eiffel, que se eleva hasta los 320 metros en el Campo de Marte de París.

El edificio de Benidorm es ancho por abajo y consigue esbeltez conforme va ascendiendo. El remate superior del largo inmueble, en cuya construcción han colaborado Francisco Sanchís y Ramón Luengo, está conformado por un paquete de instalaciones. La concepción del hotel es 'elemental y sencilla técnicamente', manifiesta Escario. 'No presenta ninguna complejidad especial. Es un edificio racional, simétrico, sin alardes. Hemos preferido no complicarnos en su ejecución. La propia estructura del edificio es su imagen, lo que vemos de él. Es simple en geometría'.

Medidas contra movimientos sísmicos han sido tenidas en cuenta en su construcción, según puntualiza el arquitecto. El bloque, que pesa 50.000 toneladas (más que el Titanic) cuenta con refuerzos perpendiculares de hormigón que actúan como apoyos de sus muros.

Los huéspedes amantes de lo singular tendrán a su disposición en este hotel, levantado en la Avenida de L'Aigüera, a 300 metros de la Playa de Poniente, seis 'suites' de lujo con 'jacuzzi' y solarium. Aunque las habitaciones dobles son las que más abundan (662). Cuenta, además, con una decena diseñadas para disminuidos físicos.

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El Gran Hotel Bali se estructura en 54 plantas, dos de ellas en el subsuelo, y es fruto de la aventura emprendedora de la familia de un antiguo alcalde de la comarca, Ambrosio Pérez, que rigió el Ayuntamiento de Polop de la Marina en los años cincuenta. El alcalde detentó su vara de mando al mismo tiempo que Pedro Zaragoza situaba a Benidorm en el mapa turístico internacional. 'Establecimos una estrecha relación. Gracias a ella, Polop cedía agua a Benidorm', comenta este antiguo primer edil benidormí. La histórica comprensión con el desarrollo turístico es muy posible que ahora se haya tenido en cuenta.

El Ayuntamiento de Benidorm, dirigido por Vicente Pérez Devesa, del PP, concedió la pasada semana permiso de ocupación al Gran Hotel Bali a pesar del dictamen en contra de los técnicos municipales de urbanismo. El expediente por infracción abierto contra este establecimiento es considerado por el arquitecto como fruto de diferentes interpretaciones de la normativa.

El proyecto técnico para hacer realidad el Bali se gestó hace unos 20 años, según el arquitecto. Se confeccionaron varias maquetas y 'se seleccionó esta tipología', esta solución en altura. Los trabajos de construcción del hotel se han prolongado 14 años. La obra ha avanzado al ritmo de las inyecciones económicas inoculadas al mismo por la familia Pérez. La negativa de estos emprendedores a solicitar créditos para acabar de forma rápida este gigante es una de las causas de que su esqueleto característico y llamativo haya permanecido varios años sin revestir. El aparejador Joaquín Pérez Crespo, hijo de aquél alcalde de Polop, es el alma del Gran Hotel Bali. La familia cuenta con empresas en varios ramos y son expertos en hostelería.

El lado dulce del nuevo Bali lo aporta el restaurarador Luis Morera, especialista de Chocolates Valor, que ha hecho una réplica en chocolate de este megalómano edificio. Ha empleado 50 kilos de ese dulce en reproducir el hotel en un bombón de 1,25 metros de altura.

Los 210 metros de altura del Bali junto al Mediterráneo son importantes. Desde otro enfoque, si las aguas del Mare Nostrum descendieran esos mismos metros, se podría cruzar andando entre Italia y África.

Si técnicamente no tiene secretos, como dice el arquitecto, la obra es relevante. Y no sólo por los 30 millones de euros que ha costado, más de 5.000 millones de pesetas, sino por el nuevo hito que supone para Benidorm.

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