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'Vi correr a dos con metralletas'

Nerviosismo e incredulidad entre los vecinos de Vallecas al ser detenidos dos integrantes del 'comando Madrid'

Los vecinos de Vallecas vivieron ayer momentos de nervios y mucha tensión al conocer que los integrantes del recompuesto comando Madrid habían elegido su barrio para dejar aparcados los tres vehículos que iban a utilizar para atentar en la capital y para huir. Algunos vecinos hablaron incluso con los dos detenidos horas antes de que la Guardia Civil les detuviera. 'Me dijeron que venían de Zaragoza y que se les había estropeado el coche', relató una vecina que anoche los vio en la calle cuando salió al balcón a fumarse un pitillo tras llegar a casa desde el bingo.

Esta vecina, que no quiso identificarse, aseguró que habló con ellos, aunque en el grupo incluye a una mujer que dijo llamarse Margarita, de la que no hay rastro en la información oficial del Ministerio del Interior. 'Era ya de madrugada y salí a fumarme un cigarro a la ventana, tras llegar del binbo. Los vi abajo, con el capó levantado, que lo cerraron enseguida. Dos hombres y una mujer, sí. Mi marido me dijo que me metiera por si era gente rara, y mira...'.

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Un vendedor ambulante que tenía su puesto en la calle de Pedro Laborde explicó que alrededor de la una de la tarde hubo un tiroteo entre los guardias civiles y los supuestos terroristas. 'Uno ha caído al suelo, porque ha debido de tropezar y lo ha detenido en ese momento la policía. El otro ha intentado refugiarse en un portal, pero lo han sacado al poco tiempo', explicó el vendedor ambulante que vio el tiroteo.

'Gamberros'

Más cerca lo vio Manuela, que venía de la compra cargada con una cesta. 'Venían corriendo por allí, desde las obras que hay de la residencia de la tercera edad. Me dieron un empujón y les dije 'serán gamberros'. Luego vi que llevaban dos metralletas, así de grandes. Sería la una porque a las 12.15 yo estaba en la Plaza de Castilla y se tardan unos tres cuartos de hora en llegar. Se los llevaron enseguida. Y sí que hubo tiros, hombre, cuando se cayeron todos al suelo. Un tiro rompió los cristales del coche'. En la zona no había restos de disparos, ni las marcas que suele hacer la policía en el lugar donde son hallados los casquillos. Las fuentes consultadas negaron que se hubiera producido tiroteo alguno entre terroristas y agentes.

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Era el inicio de la operación. La policía montó un amplio cordón policial en cuestión de minutos. La gente tuvo que correr por las calles aledañas y guarecerse en algunos comercios ante la posibilidad de que hubiera más coches de los terroristas en la zona de Palomeras. Los agentes ordenaron el desalojo inmediato de 167 viviendas de las calles limítrofes al tiroteo. Otros fueron obligados a permanecer en sus viviendas, a cerrar las ventanas y a bajar las persianas. Los alumnos del colegio Agustina Díez abandonaron las clases. En ese momento sólo estaban en las aulas los 100 alumnos de educación secundaria. Los 325 restantes habían salido a la una de la tarde.

Desalojo rápido

'Hemos desalojado con rapidez y sin mucho sobresalto. Luego, la policía ha acordonado la zona inmediatamente', comentó la directora del colegio, María del Carmen Esteban. Los alumnos se quedaron sin poder celebrar la fiesta de San Isidro, el patrón de Madrid, que se conmemora hoy en la capital. Otros vecinos que regresaban en esos momentos a sus casas tuvieron que esperar en la calle, ya que los agentes impidieron que rebasaran el cordón policial.

Los policías extendieron la zona de seguridad alrededor de unas cuatro manzanas. En primer lugar se centraron en el Renault Clío blanco con matrícula M-3258-SL, que fue robado la semana pasada en el madrileño barrio de Aluche. Los agentes rompieron la luna trasera para comprobar que no estaba cargado con explosivos. El vehículo, que llevaba una pegatina de la bandera de España y otra de la Comunidad de Madrid puesta al revés en el portón trasero, estaba limpio. Agentes de la Policía Científica tomaron las huellas dactilares y fotografiaron su interior.

A las 16.38, una grúa municipal se llevaba el Renault Clío a dependencias municipales. Una estruendosa detonación para detonar el R-19 aparcado en la esquina de las calles de San Facundo y de Guadiato hizo que se vivieran momentos de nervios entre el númeroso público que se agolpaba detrás del cordón policial. 'Pensé que se venía abajo el edificio, porque la explosión ha sido potentísima. Además, como no nos la esperábamos, me ha asustado más todavía', señaló Luisa Sánchez, una vecina de la calle de Santiago Alio que esperaba en la calle para entrar en su casa.

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