Blair propone dividir Inglaterra en ocho regiones autónomas con Parlamento electo
Las nuevas instituciones tendrían competencias sobre vivienda, empleo, transporte o sanidad
El Gobierno de Tony Blair aprobó ayer un Libro Blanco que propone dividir Inglaterra en ocho regiones autónomas con Asamblea parlamentaria elegida en las urnas, ministro principal, capacidad para imponer impuestos y competencias sobre materias como desarrollo regional, empleo, vivienda, transportes o sanidad, entre otras. Las regiones que decidan por referéndum acogerse a este modelo administrativo, junto con Gales, Escocia y el Ulster, podrían elegir su primera Asamblea a principios de la próxima legislatura, en 2005 o 2006.
La propuesta es un compromiso electoral de los laboristas que pretende completar el profundo proceso de descentralización que iniciaron al llegar al poder en 1997. Desde entonces, se ha devuelto la autonomía a Escocia, Gales e Irlanda del Norte y se ha creado la Autoridad de Londres. Ahora le ha llegado el turno a Inglaterra. El Libro Blanco, firmado por el titular del Cabinet Office (equivalente en España al ministro de la Presidencia), John Prescott, y el de Transportes, Gobierno Local y Regiones, Stephen Byers, propone dividir Inglaterra en ocho regiones: Noreste, Noroeste, Yorkshire-Humbria, Middlands Oriental, Middlands Occidental, Este de Inglaterra, Suroeste y Sureste.
'El Libro Blanco es un documento de opciones', recalca el primer ministro Tony Blair en la presentación. 'Ninguna región va a ser forzada a tener una asamblea electa', aclara. El propósito del Gobierno es convocar a lo largo de esta legislatura un referéndum en aquellas regiones que muestren interés por acogerse al nuevo sistema. En caso de triunfo del sí, el Gobierno presentará una propuesta de ley al Parlamento y las elecciones podrán ser convocadas a los pocos meses de que la ley sea aprobada.
Cada asamblea regional tendrá entre 25 y 35 miembros, de entre los cuales será elegido un ministro principal (first minister) y un Gabinete de seis miembros, que tendrá capacidad para desarrollar políticas y, una vez aprobadas por la Asamblea, desarrollarlas. El sistema electoral será el proporcional que ya utiliza en los parlamentos de Escocia y Gales la Autoridad del Gran Londres.
Los gobiernos regionales tendrán responsabilidades específicas en materia de desarrollo económico, empleo, vivienda, deportes, cultura, turismo, transportes, planificación regional, protección del medio ambiente, biodiversidad y salud pública. Su presupuesto dependerá de cada región. Para del Noreste sería de unos 350 millones de libras (570 millones de euros) y tendría influencia en el destino de otros 500 millones de libras (800 millones de euros). El dinero procedería de la Administración central pero también del Council Tax, el gran impuesto municipal, que seguirá siendo recaudado por los municipios y éstos transferirían la parte correspondiente a la región. Ésta podrá imponer recargos adicionales si quiere aumentar su recaudación.
La oposición conservadora acogió muy mal la propuesta del Gobierno laborista. 'Es una medida centralizadora y nos opondremos a ella', advirtieron. Los tories creen que la regionalización quitará poder y recursos a los ayuntamientos y significará 'más palabrerío, menos democracia, más impuestos'.
Pero un sondeo realizado por la BBC mediante 2.646 entrevistas telefónicas en marzo revela que el 72% de los ingleses creen que el modelo regional hará más fuerte su voz en Westminster y Bruselas; el 64% asegura que mejorará el desarrollo económico y el 60% opina que acercará más el Gobierno a la gente. Aunque un 62% admite que representará más burocracia.
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