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Reportaje:

Cherie contra Tony Blair

Una denuncia de los 'gurkas' enfrenta al primer ministro con su esposa

¿Amenazan los sanguinarios gurkas la legendaria estabilidad y buen entendimiento del matrimonio Blair? Cherie, abogada de reconocido prestigio, ha aceptado representar a los guerreros nepalíes contra el Gobierno del que Tony es primer ministro. No es un asunto banal. Según la denuncia de los gurkas, el Gobierno de Blair les trata como ciudadanos de segunda, pagándoles pensiones de miseria. Sólo piden una cosa: la misma consideración y dinero que reciben los soldados británicos.

Cherie Blair, que tiene una sonrisa casi tan peculiar como la de su marido, aunque bastante menos cautivadora, siempre ha sido mejor que él como abogada. Si el juez que escuchó ayer los argumentos de los gurkas admite el caso, será Cherie la encargada de defenderles. Como siempre cuando actúa como profesional del Derecho, Cherie Blair se transformará en Cherie Booth. Su nombre de soltera ha seguido siendo su nombre de batalla en los tribunales, para evitar malos entendidos.

Los guerreros nepalíes piden la misma consideración y dinero que reciben los soldados británicos
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El caso no es banal para Blair. El Ministerio de Defensa ha sido acusado de 'colonialista y racista', algo más que dos pequeños inconvenientes en un país que presume de su modelo multicultural de integración y sus leyes en defensa de la igualdad de trato con independencia de la raza.

Los gurkas no son británicos, pero llevan casi 200 años dando la cara por este país, y no es improbable que la opinión pública simpatice más con ellos que con el Gobierno. El idilio entre los soldados nepalíes y el Imperio empezó en 1814, cuando su bravura impresionó a los ingleses en la batalla que enfrentó a los gurkas y a la Honorable Compañía de las Indias Orientales. Gran Bretaña, India y Nepal firmaron un acuerdo por el que los bravos nepalíes podían alistarse en esa compañía.

Desde entonces, los gurkas han destacado por su fiereza ante el enemigo y su mansedumbre ante los oficiales blancos. Una combinación perfecta para servir al ejército de Su Majestad. Su bravura les ha llevado a participar en todo tipo de batallas en casi dos siglos de fieles servicios. Entre 50.000 y 60.000 han perecido en mil batallas. Ayudaron a ahogar el motín de la India en 1957. En la Primera Gran Guerra batallaron en Francia, Mesopotamia, Persia, Egipto, Gallipoli, Palestina, Salónica. La Segunda les llevó a Siria, Italia, Grecia, la península Malaya, Birmania. Más recientemente han buscado la paz en Kosovo, Timor Este, Sierra Leona...

Pero su mansedumbre les ha llevado a cobrar pensiones de incluso 25 libras al mes (40 euros), doce veces menos que la pensión mínima de 300 libras (485 euros) que cobran sus colegas británicos. 'Los gurkas han sido discriminados durante años frente a los británicos', denunció ayer su abogado, el prestigioso Phil Shiner. 'Este claro ejemplo de colonialismo racista y de discriminación ha dejado a muchos gurkas y a sus familias viviendo en una pobreza espantosa', añadió. Ayer presentó una denuncia con 20 casos de discriminación.

'Lo único que pedimos es que no nos traten como inferiores y que no nos discriminen', clamó ayer Padam Gurung, presidente de la asociación de ex combatientes gurkas que ha presentado la denuncia. Durante seis años han intentado en vano llegar a un acuerdo con el Ministerio de Defensa. 'Queremos que se reconozca que hemos batallado lealmente como soldados británicos y sólo pedimos que nos den los mismos derechos', añadió.

Pero Defensa sostiene que las pagas de jubilación son justas porque reflejan la diferencia de niveles de vida entre el Reino Unido y Nepal. Aseguran que se han más que doblado en los dos últimos años y que los soldados las perciben en cuanto dejan las armas. Pero los abogados de los gurkas replican que sus familias no tienen acceso ni a la educación ni a los servicios sanitarios gratuitos de que disfrutan sus colegas del Reino Unido.

Si el juez acepta a trámite la denuncia y Cherie la defiende con tino, 30.000 gurkas jubilados y sus familiares pueden hacer historia y conseguir que Gran Bretaña les pague unos atrasos de 3.250 millones de euros. Si Cherie gana, paga Tony.

Una patrulla de <b></b><i>gurkas,</i> durante unas maniobras del Ejército británico en Omán en octubre de 2001.
Una patrulla de gurkas, durante unas maniobras del Ejército británico en Omán en octubre de 2001.ASSOCIATED PRESS

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