El Gobierno se plantea suspender el control a Aznar en el Senado ante las quejas de la oposición

Los socialistas y los nacionalistas de CiU, PNV y Bloque Nacionalista Galego (BNG) rechazaron ayer la propuesta del Gobierno de que José María Aznar se someta una vez al mes a una sesión de control en el Senado a costa de una de las tres sesiones mensuales que el presidente atiende en el Congreso. Esta fórmula la defendió formalmente, en la Mesa de la Cámara alta, el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Jorge Fernández, dentro de un paquete de medidas de 'revitalización del Senado'. Pero, ante el cúmulo de quejas, Fernández dio a entender que el Gobierno está dispuesto a retirar la iniciativa 'si la oposición', dijo, 'no quiere ejercer el control a Aznar en el Senado'.

El Gobierno jugó a fondo la carta de 'convencer' a los grupos del Senado de la conveniencia de que Aznar comparezca una vez al mes en la Cámara alta a cambio de distraer del Congreso uno de los tres duelos mensuales entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero.

Y trató de hacerlo con la insólita presencia del secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Jorge Fernández, en la reunión de la Mesa, adornándolo con otras dos propuestas de 'revitalización del Senado': fijar el Senado como sede de la Conferencia para Asuntos Relacionados con las Comunidades Europeas (CARCE) -ahora está en Administraciones Públicas- y establecer con regularidad la presencia de los ministros en la Comisión General de Comunidades Autónomas.

Pero la propuesta pinchó en hueso al contar con el rechazo de los principales grupos de la oposición, una vez que el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes aclaró que la comparecencia de Aznar en el Senado sería a costa de una de las sesiones de control del Congreso. La oposición se plantó y amenazó con no formular preguntas al presidente del Gobierno.

No le sirvió al representante del Gobierno el argumento de que si aceptaban la presencia de Aznar en la sesión de control del Senado, los partidos nacionalistas podrían preguntar al jefe del Ejecutivo, lo que no sucede en el Congreso, donde la representación parlamentaria distribuye las tres preguntas entre el PP, PSOE e Izquierda Unida (IU).

Tampoco convenció a los socialistas el argumento del secretario de Estado de Relaciones con las Cortes de que podrían preguntar a Aznar dos veces en la sesión de control del Senado: una como PSOE y otra como Entesa, grupo catalán compartido entre los socialistas catalanes, Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa per Catalunya (IC).

El portavoz socialista, Juan José Laborda, estuvo tajante: 'No aceptaremos ninguna propuesta nueva de control en el Senado en detrimento del Congreso. Sólo la aceptaremos si es a más'. No se quedó ahí y denunció la 'intención perversa' del Gobierno y del PP al 'tratar con esta propuesta de enfrentar a los grupos del Senado con los del Congreso'.

Laborda despreció la oferta del Gobierno para 'revitalizar' el Senado y la calificó de 'humo'. Es más, el portavoz socialista manifestó que el paquete de medidas ofrecido por el Gobierno es 'un sucedáneo para encubrir su renuncia a la reforma del Senado'.

Los nacionalistas Francesc Miramon (CiU), Joseba Zubia (PNV) y Anxo Quintana (BNG) también expresaron su rechazo a la oferta gubernamental. El portavoz del PP en el Senado, Esteban González Pons, ve en este rechazo una 'supeditación de los grupos parlamentarios del Senado a los del Congreso'. A su vez, el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes aclaró que el Gobierno retirará su propuesta si 'la oposición no quiere ejercer su derecho al control del presidente del Gobierno en el Senado'.

También hubo convergencia entre el PSOE y los nacionalistas al rechazar una propuesta de la presidenta del Senado, Esperanza Aguirre, por la que la Cámara alta podría presentar alegaciones a los recursos de las Cámaras autonómicas contra leyes ya aprobadas que sean presentados ante el Tribunal Constitucional. PSOE y nacionalistas rechazaron la propuesta por 'romper el equilibrio institucional y enfrentar al Senado con las autonomías'. Pese a ello, la propuesta fue aprobada con la mayoría absoluta del PP.