Torrijos en 8 milímetros
Un grupo teatral malagueño estrena un largometraje sobre el general liberal
El germen de todo fue un libro. Del Charcón a la Alquería: un camino para Torrijos, una novela histórica escrita por Esteban Alcántara. Sus páginas, que relataban uno de los episodios más importantes del siglo XIX en Málaga, el fusilamiento de Torrijos, inspiraron a un grupo de teatro aficionado para realizar una adaptación teatral.
Unas 14 personas, entre actrices, actores, cantantes y bailarines, unos profesionales y otros aficionados, formaban la compañía musical Almijara, a la que también pertenecía el autor del libro. Durante tres años llevaron el montaje a los pueblos de la provincia. Sobre los escenarios contaban y cantaban la historia de una revolución traicionada e incompleta. De ahí nació Torrijos, un largometraje rodado con cámara domestica por los propios actores y en el que han participado voluntariamente más de 200 personas.
'Después de idear la obra de teatro pensamos que la película podría contar más cosas, enseñar los lugares en los que estuvo el general y donde ocurrieron los hechos, como el fusilamiento en las playas de El Bulto', dice Jesús Rivera, protagonista y guionista.
Fue una arriesgada empresa sin subvenciones, que produjeron el director de la cinta, Esteban Alcántara; algunos de los actores; la Academia de Humanidades de Santo Tomás y la Asociación Málaga Siglo XXI. 'La mayoría de los 200 actores son malagueños. En muchos de los sitios donde íbamos a grabar los vecinos prestaban su apoyo porque sabían que nuestro propósito era contar algo importante', dice José Miguel Fernández Pelegrina, presidente de la asociación.
'Ha sido una película absolutamente artesanal, la hemos hecho con un esfuerzo inmenso. Han participado universitarios, jubilados, y muchos de nosotros hemos pagado nuestros propios trajes de época', dice Rivera. Durante ocho meses se reunían en días libres y fines de semana para grabar. Iban a los lugares por los que Torrijos pasó e intentaban recuperar el ambiente decimonónico con la ayuda de los mayores de la zona. Aperos de labranza, ruedas, carros antiguos y utensilios se iban sacando de los almacenes, bodegas o alacenas para formar los decorados. 'El presupuesto no habrá llegado ni a los 4.800 euros', afirma Rivera.
'Torrijos no es una interpretación subjetiva de la historia sino una película que intenta reflejar fielmente los hechos, que por sí solos supusieron una historia emotiva y uno de los momentos románticos más importantes de España', cuenta el actor Pablo de la Sota. Otro miembro del grupo, Juan Pacheco, ha compuesto la música y el montaje lo han finalizado Jesús y Esteban. Hoy se estrena esta película en el Museo Municipal (20.00). Para ellos será la puesta en escena de un trabajo apasionante y sacrificado. También, el principio de un proyecto más ambicioso que pretende contar, escena a escena, la historia de esta ciudad mediterránea.
El viaje hacia la libertad
Málaga era la meta del viaje que el general José María de Torrijos había emprendido desde Londres en 1830. Su lucha por liberar al pueblo de la opresión del gobierno absolutista del rey Fernando VII lo convirtieron en un revolucionario romántico, en la encarnación del espíritu y la mentalidad del siglo XIX. Durante todo el invierno, Torrijos y sus hombres estuvieron preparando sus acciones en Gibraltar. Escondidos en las cuevas y los recovecos de la Roca durante más de ocho meses, estos hombres pudieron escapar de las presiones y vigilancias de la guardia. De ahí arrancan las primeras escenas del largometraje Torrijos, que seguirá el complicado viaje de estos revolucionarios hasta su trágico final. Un total de 61 personas, 48 liberales, 12 marineros y un grumete, formaron definitivamente la expedición que tomó las costas de Fuengirola (Málaga). La embarcación fue encañonada por los buques guardacostas y tuvieron que usar botes para alcanzar la orilla. Fue en la playa de El Charcón donde pudieron desembarcar. Pero los seguían de cerca y tuvieron que escapar hacia la sierra de Mijas. Desde allí, cansados por el viaje, se vieron obligados a seguir caminando. Pasaron por Alhaurín y llegaron hasta el Valle del Guadalhorce. Se refugiaron en la Alquería del Conde de Mollina, ahora desahuciada y prácticamente desaparecida. La policía absolutista los alcanzó y capturó allí mismo. Trasladaron a los prisioneros a Málaga. Pasaron la noche en el cuartel de Mundo Nuevo. Antes de las ocho de la mañana del día siguiente los trasladaron a las playas de El Bulto, en las afueras de la ciudad. Allí, 54 personas, incluido un chico de 15 años, fueron fusilados según mandato real. Los cuerpos se enterraron en el cementerio de San Miguel y años después se exhumaron y los restos se depositaron en una cripta bajo la céntrica Plaza de la Merced, bajo el obelisco que rinde memoria a estos valientes liberales. La película de Alcántara cierra con este desesperanzador final. Las escenas, que mezclan también números musicales, van creciendo en intensidad hasta el momento del asesinato, que refleja el mismo patetismo del cuadro de Gisbert.
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