Le Pen tocó techo
Sin contar con los más de 600.000 votos que le entregaron los partidarios del ultra disidente Bruno Mégret, Le Pen sólo logró 53.000 sufragios más que en la primera vuelta
El frenazo electoral a la ultraderecha no puede estar más claro: Jean-Marie Le Pen obtuvo el domingo pasado 53.000 votos más que la suma de sus votos y los del también ultraderechista Bruno Mégret en la primera vuelta de las presidenciales, frente a la catarata de 19,8 millones de votos suplementarios conseguidos por Chirac. Si quedaba alguna duda sobre la eficacia con que funcionó el voto anti-Le Pen, los datos prácticamente definitivos de la segunda vuelta, difundidos ayer, dejan las cosas claras.
En términos generales, el electorado ultraderechista se ha mantenido, pero apenas progresa: incluso retrocede en una treintena de departamentos. La novedad de que su candidato llegara a la segunda vuelta produjo un gran tirón, pero en sentido contrario.
Le Pen había sacado 4,8 millones de votos el 21 de abril y logró el domingo 5,5 millones, diferencia que se explica sobre todo por los sufragios prestados por Bruno Mégret (más de 660.000), el líder ultraderechista disidente del Frente Nacional, que decidió apoyar en la segunda vuelta a su antiguo jefe. Mégret tiene intención de concurrir por separado a las legislativas, en una operación que evidencia hasta qué punto los ultras del Frente Nacional se encuentran bloqueados.
Le Pen ha logrado resultados por encima del 20% en ocho regiones, situadas en el noreste de Francia y, sobre todo, en su feudo tradicional, donde convirtió a su partido en una fuerza nacional: la Francia Mediterránea. Su mayor porcentaje lo alcanzó en Provenza y Costa Azul, con un 27,69%, y ése parece ser, por ahora, su techo electoral.
Movilización intensa
Otra manera de leer los resultados del 21 de abril es que Le Pen prácticamente igualó, en la segunda vuelta, los votos obtenidos por Jacques Chirac en la primera. El líder del Frente Nacional no puede reivindicar seriamente que él represente a la primera fuerza política de Francia, pero tampoco se encuentra tan lejos de la verdad. Lo que ocurre es que la izquierda y los abstencionistas de la primera vuelta se movilizaron intensamente a favor de Chirac.
Las zonas donde el socialista Lionel Jospin había logrado sus mejores porcentajes durante la primera vuelta volcaron masivamente su apoyo a favor de Chirac en la ronda del 5 de mayo, empezando por el Alto Garona, el feudo electoral del ex primer ministro, un departamento que hasta ahora le ha tenido como consejero general.
Pese a un récord de papeletas blancas y votos nulos (5,3% de los votantes), la movilización popular contra la ultraderecha que recorrió Francia entre las dos vueltas permitió un retroceso de 8 puntos en la tasa de abstención, y hasta de 10 en la región de París, especialmente volcada en el intento de cerrar el paso a Jean-Marie Le Pen.
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