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Jazztel pone el contador a cero

La empresa quiere cambiar su deuda por acciones, que han perdido la mitad de su valor

Patricia Fernández de Lis

Jazztel está intentando saldar todas sus deudas. La teleco negocia con los propietarios de los bonos basura que la han financiado hasta ahora, ya que les debe 676 millones de euros y debe pagarles 7,8 millones al mes, la mitad de sus ingresos de explotación. Jazztel, que quiere cambiar la deuda por unas acciones que han perdido la mitad de su valor este año, dice que quiere limpiar sus cuentas ante una fusión con Uni2, operación que nadie confirma.

Jazztel dedica la mitad de sus ingresos de explotación a pagar los intereses de la deuda, situados al 14%

Jazztel fue una de las primeras compañías españolas que optó por financiarse mediante bonos de alto rendimiento, los llamados bonos basura. Era una práctica común entre los nuevos operadores que nacieron tras la liberalización del sector en Europa. Compañías como Versatel o la propia Jazztel necesitaban dinero para financiar las carísimas redes de fibra óptica con las que se pretendía competir con los antiguos monopolios locales, como Telefónica.

Jazztel, fundada en 1997 por el empresario argentino Martin Varsavsky, consiguió 100.330 millones de pesetas (603 millones de euros al cambio actual) en su emisión de bonos basura. El objetivo era construir, antes de 2000, una red de 5.400 kilómetros de fibra óptica, una auténtica autopista de la información para la Península Ibérica.

Pero Jazztel ha estado en permanente observación. Además de formar parte de un sector que, desde hace dos años, es calificado como de alto riesgo, la compañía revisó tres veces su plan de negocio y despidió al 10% de su plantilla en 2001. La compañía coqueteó con otros negocios como Internet -con su filial Ya.com, que luego vendió a Deutsche Telekom- o la telefonía móvil UMTS -aunque perdió en el concurso-. Las compras y ventas de acciones, que han provocado que la evolución del valor en los últimos meses parezca una montaña rusa, también han provocado el desconcierto de los accionistas. El fondo Apax y el Banco Sabadell salieron del capital aun perdiendo dinero, mientras dos de sus principales directivos -el consejero delegado Antonio Carro y el vicepresidente Miguel Salís- vendieron en marzo pasado el 6,9% del capital de la compañía. Respecto a la competencia con Telefónica, que mantiene el 91,5% de cuota de mercado de los operadores españoles por ingresos, Jazztel es la cuarta operadora (1,1% de cuota).

Con todo, el principal problema de la compañía es de carácter financiero. Jazztel ha ido recomprando sus bonos; en 2001 compró papel por valor de 170 millones de euros y redujo la deuda un 20%. Aun así, tiene una deuda de 676 millones de euros y paga unos intereses mensuales del 14%, lo que está ahogando sus cuentas, porque debe dedicar la mitad de sus ingresos ordinarios a este concepto. La compañía tiene una calificación de Ca3 según Moody's, es decir, ocho niveles por debajo del denominado grado inversión, que es el de las compañías solventes, explica Miguel Jiménez, analista de telecos en Renta4.

Por eso, JP Morgan y Goldman Sachs van a negociar con los propietarios de los bonos. La idea es proponerles el intercambio de la deuda por acciones de la empresa, aunque, si el valor sigue bajando (el viernes cerró a 2,56 euros, la mitad de lo que valía a principios de año), los analistas no descartan que Jazztel ofrezca, además, algo de efectivo. La duda es si estos bonistas -la mayor parte, estadounidenses- aceptarán cambiar sus bonos por las devaluadas acciones aunque, según la mayor parte de los analistas, no hay opción. 'El nivel de endeudamiento es insostenible', explica Nicolás López, de MG Valores. 'Si los bonistas no aceptan, el riesgo es la suspensión de pagos'.

El quid de esta cuestión es cuál será la ecuación de canje que propondrán los bancos a los bonistas. Sí está claro es que se producirá una dilución de capital, ya que, al convertir a los tenedores de bonos en nuevos accionistas, habrá más acciones en circulación, y los actuales inversores tendrán menos pastel de Jazztel. Por eso, la acción ha perdido un 20% desde que se anunció la renegociación de la deuda. Otras pregunta es si esa dilución implica la temida pérdida de valor para el accionista. Según un minucioso análisis de BBVA Bolsa, basado en el importe de la deuda y los ahorros de su cancelación, si el precio de canje se realiza por encima de 538 millones de euros, 'la operación destruiría valor'.

La negociación durará unas seis semanas y, de completarse, permitiría a Jazztel aparecer virgen ante la posible fusión con Uni2, una operación no confirmada pero que, cuando fue anunciada en noviembre, logró grandes subidas en Bolsa para Jazztel. La compañía confía en salir del bache, aunque el precio puede ser que los bonistas dominen el capital. Según Credit Suisse First Boston, podrían terminar con el 80%-95% de las acciones, lo que dejaría el valor cerca de los 0,68 euros. BBVA pronostica entre un 49% a un 77% del capital para los propietarios de bonos.

¡Atención, inversores!

'Recuerde: ¡un inversor informado es nuestra mejor defensa contra el fraude!'. El anuncio lo realiza la SEC (Securities and Exchange Commission), el organismo encargado de supervisar el mercado de valores estadounidense. La SEC ha puesto a disposición de los inversores, en su página web (www.sec.gov), el documento Alto rendimiento y aire caliente, que hace referencia a los peligros de los bonos basura, los que ofrecen grandes rendimientos a los accionistas pero también mayores riesgos.

'Todos conocemos', comienza el documento, escrito en un lenguaje simple y didáctico, 'ofertas de inversión que nos ofrecen altos retornos pero que son, en el mejor de los casos, proposiciones extremadamente arriesgadas'. Entre las 'banderas rojas' que identifica la SEC como señales evidentes de fraude están los 'retornos garantizados', que nunca lo son ('los bonos de alto rendimiento implican alto riesgo'), la falta de información sobre la compañía que ofrece el bono, o una simple lección de sentido común: 'Mamá tenía razón. Si parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente, lo es'.

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Sobre la firma

Patricia Fernández de Lis
Es redactora jefa de 'Materia', la sección de Ciencia de EL PAÍS, de Tecnología y de Salud. Trabajó diez años como redactora de economía y tecnología en EL PAÍS antes de fundar el diario 'Público' y, en 2012, creó la web de noticias de ciencia 'Materia'. Los fines de semana colabora con RNE y escribe, cuando puede, de ciencia y tecnología.

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