'El IRPF no bajará tanto como asegura el Gobierno'
Muchas actas de Hacienda se deben a discrepancias y no a fraude, dice el fiscalista
Lleva 23 años de asesor fiscal y ha conocido todas las reformas fiscales desde los años setenta. Antonio Durán-Sindreu preside desde 2000 la Asociación Española de Asesores Fiscales (AEAF), que agrupa a 1.800 profesionales en todo el país. Profesor de Régimen Fiscal de la Empresa en la Universidad Pompeu Fabra, el presidente de la AEAF asegura que la bajada del IRPF será menor del 11% que dice el Gobierno, defiende que se regule el trasvase de cargos de Hacienda y propone implantar un periodo de carencia antes de que pasen al sector privado.
Pregunta. Los escándalos financieros no cesan. Después de Gescartera han llegado las cuentas secretas del BBV. No parece difícil engañar a la CNMV y al Banco de España. ¿No cree?
'Los asesores fiscales aprovechamos los vacíos legales para pagar menos impuestos porque las leyes se hacen mal'
'La segunda reforma fiscal no la veo tan clara como la de 1997 porque la coyuntura económica no es la misma que entonces'
'Estoy a favor de que se aplique un tipo único en el IRPF porque puede resultar más progresivo que con diversos tipos impositivos'
Respuesta. No tengo datos suficientes como para poder contestar a ciencia cierta. Sí es cierto que tanto el caso Gescartera como el del BBV parece que hayan pasado desapercibidos para la CNMV. En el caso BBV, el Banco de España lo detectó en el momento en el que se incorporó el dinero que no estaba en la contabilidad.
P. Pero el Banco de España actuó cuando los copresidentes le explicaron que había dinero fuera del banco.
R. Sí, pero lo que realmente es espectacular de los escándalos son su tamaño. El tema Gescartera quizá me preocupa menos como escándalo, aunque es muy importante. Pero el del BBV me preocupa mucho más porque es una entidad financiera de reconocido prestigio.
P. ¿No cree que a los ahorradores o a los accionistas les falta información en este tipo de casos?
R. Seguramente es así. Todos tienen derecho a pedir la información ante una asamblea general. Pero en la práctica casi nadie ejerce ese derecho a la información y casi nadie piensa que su entidad puede estar inmersa en escándalos de este tipo. Pero insisto en que los accionistas tienen medios de exigir responsabilidades a los administradores. Es un mecanismo de protección de minorías que existe.
P. Los asesores fiscales que usted preside han aparecido en algunos de estos casos. ¿No cree que sufren un cierto desprestigio?
R. Hay que distinguir en qué casos. Si hablamos del BBVA, ha aparecido un departamento de asesoría fiscal, más que una persona, y desgraciadamente se nos está incluyendo a todos en unos actos en los que ni mucho menos se puede generalizar. Yo distinguiría entre temas ocultos sobre hechos que conoce la Administración en los que puede haber posibilidad de que haya rentas ocultas y entre hechos que no conoce la Administración; y éstos no pasan por nuestros despachos. Lo que es grave es que haya un departamento fiscal de un banco que haya intervenido en el diseño de productos financieros para poder invertir cantidades importantes de dinero en determinados paraísos fiscales. Eso descalifica de por sí a un asesor fiscal. Eso no es un asesor fiscal sino alguien que colabora con el fraude, un defraudador más.
P. Supongo que los asesores fiscales se encuentran con clientes que quieren pagar menos impuestos. ¿Les piden tributar en paraísos fiscales?
R. Tengo que contestar por mí mismo y le digo que a mi despacho jamás ha venido ningún contribuyente pidiendo invertir en un paraíso fiscal. Es cierto que vienen contribuyentes con dudas y nosotros hemos de aconsejar pagar lo menos posible dentro de la legalidad. Yo creo que estos grandes temas no pasan por nuestros despachos, al menos por los despachos de tamaño pequeño y medio.
P. Los últimos datos de Hacienda indican que en el año 2000 ha descendido el fraude por IRPF y, en cambio, sube en el IVA y en el impuesto de sociedades. ¿Qué le parece esta tendencia?
R. Sería bueno distinguir entre las actas de conformidad y las de disconformidad, es decir, si se basan en discrepancias de criterio o de fraude real. Si se dieran estos datos, muchas de las actas que se levantan se sabría que se deben a discrepancias de criterio. Respondiendo a su pregunta, en el IRPF el grado de cumplimiento es muy elevado. En el impuesto de sociedades y en el IVA o se han descubierto cuotas no declaradas o hay discrepancias de criterios porque las leyes se hacen mal y se dan vacíos legales que se aprovechan para pagar menos. Esos vacíos los aprovechamos los asesores. La inspección de Hacienda dice entonces que hay un fraude, pero no es así, sino que se dan discrepancias.
P. ¿Qué opina de la segunda reforma del IRPF. ¿Bajarán los impuestos? El Gobierno dice que sí y la oposición lo duda.
R. Creo que no bajarán tanto como dice el Gobierno. Han hablado de un promedio del 11%. Yo creo que habrá un descenso mayor en las rentas más bajas, en las que no tienen obligación de presentar renta. Pero en el tramo intermedio entre los 21.000 y 54.000 euros [3,5 y nueve millones de pesetas] esa reducción no será del 11% y si tenemos en cuenta la no actualización de los mínimos, de las deducciones, pues a lo mejor ese 11% queda entre un 4%, un 5% o un 6%. Por eso, creo que para la mayor parte de los contribuyentes la reducción no será significativa. En los extremos, la reducción será mayor tanto para los sueldos más bajos como para los más altos.
P. ¿Cree que bajando el IRPF subirá la recaudación total, como dice el Gobierno?
R. Esta segunda reforma la veo arriesgada porque la coyuntura económica no está tan clara como en 1997. No veo tan claro que la mayor renta disponible vaya a compensar una parte de la pérdida de recaudación. Pero, además, no nos engañemos, hay un aumento de la presión fiscal por otras vías inapreciables para el ciudadano como las tasas, que han crecido una barbaridad o los impuestos especiales, aunque baje el IRPF.
P. ¿Opina que el impuesto sobre la renta ha perdido progresividad?
R. Sí, ha perdido. La curva fiscal es más plana. Es la tendencia mundial, aunque un impuesto sobre la renta no es tal si no es progresivo, es decir, que paguen más los que tienen más ingresos. Lo que no necesariamente implica tipos progresivos. Yo soy defensor del tipo único con un mínimo exento. El tipo único con mínimo exento provoca progresividad y puede dar más progresividad que con tipos progresivos.
P. El PSOE ha planteado esta idea y ha sido muy criticado. ¿Puede explicar por qué un tipo único es más progresivo?
R. Mire, con un mínimo exento de 24.000 euros [cuatro millones de pesetas], el que gana 36.000 euros [seis millones de pesetas] paga sobre 12.000 euros [dos millones de pesetas] y el que gana 48.000 euros [ocho millones de pesetas] paga sobre 24.000 euros. Los dos pagan un tipo único, pero lo que paga cada uno en relación con sus ingresos totales origina progresividad. Por eso, depende de cómo se combine el mínimo exento con el tipo único puede haber al final más progresividad que la que hay actualmente. Lo que pasa es que no es vendible socialmente. ¿Cómo le explicas a un ciudadano que paga más quien más tiene, si el tipo fiscal es único? Por eso, los políticos no se atreven a venderlo porque es difícilmente vendible. Pero la propuesta socialista hecha en su día era muy correcta y bien avalada por expertos mundiales.
'No es bueno que cargos de Hacienda vayan al sector privado'
Pregunta. Algunos despachos se nutren cada vez más de personas de Hacienda que conocen bien su funcionamiento. ¿Lo encuentra lógico? Respuesta. No es conveniente que las personas que han ocupado determinados cargos en la Admistración tributaria puedan pedir una excedencia e ir de inmediato a despachos profesionales. No acabo de tener claro cómo algunos piensan blanco cuando están en Hacienda y el día que se incorporan al sector privado piensan negro. No quiero prejuzgar, pero quien ha estado en la Administración conoce datos y cómo se aborda una inspección. Por eso, abogamos por que haya un periodo en el que no se pueda ejercer en el campo privado. Propuse, y lo mantengo, que debería durar entre tres y cinco años. P. Pero los profesionales dicen que también tienen que ganarse la vida. R. El día en que tenga que cerrar mi despacho, me quedaré en la calle con una mano delante y otra detrás. El inspector que quiera dedicarse al sector privado ejercerá una opción con todas sus concecuencias. Si hay una incompatibilidad se habrá de buscar la vida en otro campo; si no, es muy fácil ir a un despacho privado al día siguiente de salir de Hacienda y cuando las cosas van mal volver a Hacienda. Pero, cuidado, no se puede generalizar. Las incompatibilidades deberían regir sólo para las personas que por su cargo conocen el funcionamiento interno de la casa. P. Los últimos secretarios de Estado de Hacienda han dado el paso al contrario: del sector privado al público. ¿Ve incompatibidad en ello? R. Creo que no, con una diferencia. El señor Enrique Giménez-Reyna llevaba ya mucho tiempo en la Administración. Me merece mis máximos respetos. Mientras no se demuestre lo contrario, es una persona honesta, pero se vio relacionado con el caso Gescartera, que personalmente le desbordó. Se ha perdido una gran oportunidad de afrontar unas reformas tributarias con su marcha porque era una persona con un nivel técnico importante. El caso del señor Rodríguez Ponga, que también posee un alto nivel técnico, es distinto. Ejerció de asesor fiscal hasta antes de incorporarse al ministerio como director de Tributos, conoce el sector privado y por eso puede dar respuestas al mundo privado.
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