Barcelona se propone eliminar postes y obstáculos de las aceras
Postes y obstáculos en las aceras, los mínimos posibles. Ése parece ser el punto de partida del proyecto del Ayuntamiento de Barcelona para mejorar el espacio público. Aunque la primera medida para lograrlo sería conseguir quitar las motocicletas de las aceras -algo en lo que el consistorio insiste en que también está trabajando-, de momento se ha marcado el objetivo de poner fin a la proliferación de todo tipo de postes. Ya lo ha puesto en práctica en una calle, la de Fontanella, en el corazón de la ciudad. De 39 elementos -entre puntos de luz, señales verticales de tráfico, semáforos y armarios eléctricos- se ha pasado a 15: 13 postes de señalización y 2 semáforos. La reducción de 'artefactos', como los definió ayer el alcalde, Joan Clos, se ha conseguido con un nuevo modelo de poste que se convierte en soporte múltiple que puede compartir el punto de luz, los semáforos, las indicaciones de aparcamiento, las banderolas y las cámaras, por poner algunos ejemplos. Se ha copiado el modelo de Sydney, pero el proyecto es que Barcelona tenga un poste de señalización de diseño propio que se irá implantando de forma progresiva, aunque la zona del Fòrum y el àrea del 22@ serán preferentes. En principio, el consistorio quiere que el poste fabricado en Barcelona -los instalados en Fontanella han sido importados- reduzca los costes y que se adapte a las características urbanas. Para hallar el nuevo diseño, el Ayuntamiento ha firmado un convenio con el Fomento de las Artes Decorativas (FAD), que asesorará en la convocatoria de un concurso de ideas.
Juli Capella, presidente del FAD, explicó ayer que, a su juicio, Barcelona es una ciudad que cuida de su espacio público, aunque se produzcan problemas o disfunciones que deben resolverse.
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