Gaudio se corona en Barcelona
El argentino gana su primer título al imponerse claramente a Costa
El Godó tuvo un campeón inesperado. Nadie imaginaba al principio de la semana que el argentino Gastón Gaudio, 62º del mundo, iba a ganar el torneo. Pero lo hizo. Se impuso ayer, en la final, al leridano Albert Costa por 6-4, 6-0 y 6-2 en un abrir y cerrar de ojos y ganó el primer título de su carrera en un año tan histórico para el Godó como el de su cincuentenario.
Nadie apostó por Gaudio cuando en las semifinales se enfrentó al australiano Lleyton Hewitt, el número uno. En realidad, se le daba ya por enterrado en los octavos de final, cuando se enfrentó al mallorquín Carlos Moyà, que llegaba de disputar la final de Montecarlo. Sin embargo, este bonaerense de 23 años fue salvando los obstáculos con una solvencia incuestionable y se plantó en la final sin haber perdido una manga.
Fue una lectura que debería haber realizado Costa cuando ayer saltó a la pista central del RCT Barcelona para disputarle el título. Porque estaba claro que Gaudio atraviesa un momento de increíble confianza en su juego. Y derrotar a un tenista en estas condiciones resulta siempre muy difícil.
'Ojalá pudiera seguir jugando siempre así y convertirme pronto en uno de los diez primeros del mundo', comentó, aún eufórico, Gaudio; 'éste es mi reto. Y ahora me siento capaz de todo, después de haber ganado mi primer título. No tengo palabras para explicar lo que siento'.
La final comenzó torcida para Costa y acabó enroscada. Con el saque en el primer juego, sufrió las quejas de unos espectadores que no tenían una buena visión de la pista desde su localidad. 'Por favor, cállense', les rogó el leridano, 29º del mundo a sus 26 años. Ganó aquel juego a trancas y barrancas y, de inmediato, rompió el saque de Gaudio.
Pareció un buen augurio. Pero la alegría duró poco porque el argentino le igualó de inmediato y con una nueva rotura le arrebató la manga en lo que fue el inicio de la tragedia. Porque Gaudio encadenó nueve juegos consecutivos que le llevaron a dominar el partido por 6-4, 6-0 y 2-0 en la tercera -la final fue al mejor de cinco sets-.
Así las cosas, a Costa le surgieron todos los males. Pidió asistencia médica, se quejó de los abductores y, al final, reconoció: 'No he podido hacer más'. Quizás se rindió antes de tiempo porque nunca se sintió cómodo y no logró desbordar a su rival. Intentó moverle, sacarle del fondo, conectó drives y reveses ganadores, dejadas, globos... Pero la bola siempre volvía con más potencia y mejor colocada. El argentino demostró un gran nivel tenístico. La cuestión es saber si podrá mantenerlo hasta París.
'Prefiero ganar el Godó que llegar a las semifinales en Roland Garros', había dicho. Y ayer, tras su victoria, explicó el porqué. 'Éste es el torneo con el que soñe, por detrás sólo de Roland Garros y Montecarlo', comentó; 'dedico esta victoria a mi madre, Marisa, porque seguro que se ha emocionado más que yo. Ella es española [de A Coruña] y me matará si no se lo dedico'. Luego agradeció a Martín Jaite, único campeón argentino (1987) hasta ayer, que le ayudara en este torneo.
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