El Atlético prepara su fiesta

El Atlético subirá aritméticamente a la Primera División si gana hoy (18.30, televisiones autonómicas) al Gimnàstic de Tarragona en el Calderón y totaliza, pues, 74 puntos. Su rival, el colista de la categoría, es un rival tan aparentemente fácil de derribar que los seguidores rojiblancos ya preparan la invasión de la plaza de Neptuno, su tradicional punto de encuentro para festejar los grandes triunfos.

'Esta costumbre, de celebrar las victorias sumergiéndose en las fuentes no la comparto', advirtió ayer el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, reputado hincha madridista, 'y pido que se respeten los monumentos'.

El Racing de Santander, el segundo clasificado, con 63 puntos; el Xerez, el tercero, con 62, y el Recreativo de Huelva, el cuarto, con 60, son los otros firmes candidatos al ascenso. Pero el Atlético, con 71, cuenta con una ventaja añadida: el Xerez y el Recreativo se enfrentarán entre sí en la penúltima jornada, lo que al menos impedirá a uno de ellos sumar los 15 puntos. De ganar el Xerez, el Recreativo no pasaría de los 72. Y de ganar el Recreativo, el Xerez no pasaría de los 74. En este último caso, el de una igualada a esa puntuación con el Xerez e incluso con el Racing, la liguilla particular favorecería al conjunto rojiblanco, que siempre quedaría entre los tres primeros clasificados, los que ascienden.

Si el Atlético empatase hoy, también subiría ya siempre que el Recreativo perdiese mañana ante el Leganés.

El estadio Calderón se llenará a rebosar (56.000 espectadores) para alentar a su equipo en la búsqueda de esos tres puntos que le garantizan el ascenso inmediato. Eso sí, algunas peñas tienen prevista una gran celebración, pero otras no con el argumento de que ascender no es un éxito, sino una obligación para un club como el Atlético.

Dos bajas sensibles ponen piedras en el camino rojiblanco: Movilla se perderá el partido por sanción y García Calvo por lesión.Sus probables sustitutos son Santi y Jesús Muñoz.

El Nástic llega a Madrid turbado por una polémica interna. Vizcaíno, volante y jugador del Atlético cuando consiguió en 1996 el doblete, denunció que su entrenador no es un buen profesional, ya que no le ha convocado por 'razones extradeportivas'.