Monaguillos

Hablando el otro día de inmigración con un amigo, manifestaba yo, en contra de su opinión, que este problema social no debería simplificarse. La solución no podía venir a través de una respuesta única, basada en unos porcentajes buscados con el propósito de identificar inmigración y delincuencia. Como, además, pretendía convencerle, me ayudé con un ejemplo. Vivimos -dije- unos tiempos en los que las sotanas andan algo revueltas. El conocimiento por parte de la sociedad de los casos de abusos sexuales y de pedofilia cometidos por algunos sacerdotes, obispos y cardenales, ha dado lugar a este revuelo. A pesar de esta realidad y de sus elevados porcentajes, los resultados no pueden extrapolarse y convertir a todo el clero en pedófilo y a los monaguillos en profesión a extinguir. No es razonable decir que 'a mayor número de curas, mayor número de delitos de abusos sexuales'. El problema no es ni ha sido el clero. Tampoco los monaguillos. No sirvió de nada la conversación, ni el ejemplo. Bueno, sí, sirvió para que este amigo dijera que debía confesarme y pedir perdón -constrición añadida- por estas barbaridades.

La respuesta me desanimó. Tal vez por esta razón he recibido como agua de mayo otras opiniones que se han conocido esta semana. El consejero de Gobernación de la Junta de Andalucía, que algo debe saber de la inmigración en esta comunidad, rechaza que la inmigración haya traído mayor criminalidad. Esta opinión encaja con la que aparece en la Memoria de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. La Fiscalía, que también algo debe saber de delincuencia, apuesta por la modificación parcial de la Ley de Extranjería y afirma que las verdaderas víctimas del delito son los inmigrantes.

A lo mejor estas opiniones ayudarían a buscar soluciones que hagan realidad el que vivimos en un Estado social y no en un Estado policial contra la inmigración.

Sin embargo, no parece, a pesar de estas opiniones cualificadas -Consejería y Fiscalía- que se vaya a andar este camino. La realidad debe ser como la veía mi amigo y la ve el PP. Lo contrario es pecado mortal. El PP, de lo suyo, es el único que sabe. Los demás, como los monaguillos, lo que tenemos que hacer es repicar sus grandezas.