La brecha entre ricos y pobres impide una zona de libre comercio
El plano económico es el que menos ha avanzado en el diálogo euromediteráneo, si no ha retrocedido. Y es muy improbable que en 2010 se logre una zona de libre comercio entre las dos riberas, meta acordada en Barcelona hace siete años. La diferencia de renta entre el Mediterráneo subdesarrollado y el desarrollado va hoy de los 1.500 dólares anuales per cápita a los 20.000.
Se ha ampliado con respecto a hace siete años para todos los países salvo Túnez y es la mayor del mundo en un espacio tan restringido. Las inversiones, que han decrecido en la pasada década un 40%, no llegan al sur en la medida necesaria para una zona que tiene que crear 45 millones de empleos en los próximos diez años para que no crezca el desempleo. Frente a ese panorama, en Valencia se estudiará, entre otras propuestas, la puesta en marcha de la línea de crédito ampliada dentro del Banco Europeo de Inversiones (BEI), la principal institución financiera internacional en la zona que estima elevar a 2.000 millones de euros el volumen de préstamos anuales hasta 2006. La iniciativa, juzgada insuficiente por los países árabes, fue aprobada en el Consejo de Barcelona el pasado marzo.
España propuso la creación de un Banco Euromediterráneo, cuya constitución volverá a defender cuando la UE reconsidere el tema en un año. Otra propuesta económica es que la Comisión calcule el coste efectivo de la liberalización total de los productos agrícolas que reclaman los países en vías de desarrollo, y diseñe un plan para la integración del transporte, incluido el de la energía, siguiendo el modelo europeo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.