_
_
_
_
EL FUTURO URBANÍSTICO DEL BARRIO DE LA RIBERA

El traslado del zoo hará que la Ciutadella caiga como barrera en el interior de la ciudad

Una sola de las dos bóvedas acristaladas de la estación de Francia cubre una superficie de 10.000 metros cuadrados, en la actualidad sin utilidad conocida. Son 2.000 metros cuadrados más de lo que estaba previsto que ocupara la biblioteca provincial en el Born, hoy fuertemente cuestionada por diversos colectivos profesionales. Rehabilitada en 1992 con una fuerte inversión, esta infraestructura ferroviaria nunca llegó a ser el proyectado puerto de grandes trenes de prestigio hacia Europa. Hoy la estación languidece, codiciada por la Universidad Pompeu Fabra y la futura biblioteca provincial.

El hallazgo de los restos de la Barcelona medieval y moderna bajo el mercado del Born cuando se realizaban obras para construir la biblioteca provincial ha abierto un debate ciudadano sobre el futuro de esta instalación. Una posibilidad es que el mercado albergue la historia de piedra y la historia de papel, hipótesis en la que se mueven las administraciones implicadas (Ministerio de Educación y Cultura, Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona). Pero conforme aumenta la reivindicación de los restos por parte de historiadores, arqueólogos y museólogos, esta hipótesis va perdiendo verosimilitud, hecho que ha motivado que los responsables políticos empiecen a pensar en un nuevo edificio que albergue los libros y las salas de lectura. Resulta que justo al lado del Born, a un centenar de metros escaso, hay un inmenso edificio público de uso mínimo hoy en día: la estación de Francia. Son metros y metros cuadrados desahabitados, perfectamente capaces de dar cobijo a instalaciones culturales. De hecho, en parte eso ya está ocurriendo.

Desde el punto de vista ferroviario, la utilización de la estación de Francia es irrelevante: 33 trenes diarios en una franja horaria que va desde las seis de la mañana hasta las once de la noche. En total, 17 horas. Sale a menos de un tren cada 30 minutos.

La estación vive un proceso de degradación patente. El pasado año fue utilizada por 299.570 pasajeros; 295.123 usuarios acudieron para viajar en los 31 trenes regionales que diariamente parten de esa estación, el resto (4.447) lo hicieron en los dos convoyes de grandes líneas que aún utilizan estas instalaciones. Las cifras ciertamente no pueden compararse con las de la estación de Sants (35 millones de usuarios anuales) ni con las de la plaza de Catalunya (28 millones), y tampoco con las del paseo de Gràcia (13 millones), ni siquiera con las de otro edificio monumental, la estación del Arc de Triomf (7,9 millones de viajeros por año). Y ello pese a que los usuarios de la estación de Francia, en conjunto, han aumentado el 3% desde el año 2000.

Los miles y miles de metros cuadrados de este conjunto de edificios imponentes permanecen infrautilizados, con usos precarios, como es el caso de los aparcamientos al aire libre en que se han convertido el solar donde estuvo antaño Cercanías y el patio de la zona norte. Sin embargo, no se trata de un espacio sin pretendientes. El Ayuntamiento, sin ir más lejos, lo ve como primera opción para ubicar la biblioteca provincial en caso de que compatibilizar en el Born libros y piedras resulte imposible. Por su parte, la Universidad Pompeu Fabra (UPF) ocupa ya unos 20.000 metros cuadrados en función de un convenio de colaboración que tiene 50 años de vigencia y que se inició en 1993. La UPF da por hecho que Renfe abandonará el lugar antes de un par de años, lo que permitirá a esta universidad tomar posesión del resto e instalar la Estación de la Comunicación, un proyecto que reúne los estudios relacionados con la transmisión y elaboración de informaciones. Las ingenierías en Informática y Telecomunicaciones ya ocupan el ala norte, y las carreras relacionadas con los contenidos -Periodismo y Comunicación Audiovisual- se establecerán en breve plazo.

Esta distribución supondría una transformación de toda la zona, ya insinuada en la planificación municipal, aunque carente de calendario. La UPF ocupa el límite norte del parque de la Ciutadella. Dos antiguos cuarteles del Ejército albergan hoy a los estudiantes de las carreras literarias y sociales: Humanidades, Derecho, Políticas, Económicas, Relaciones Laborales. Justo al lado, el viejo edificio de las Aigües ha sido convertido en biblioteca.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El parque zoólogico, sin embargo, interrumpe la continuidad de todo este campus universitario. La voluntad del Ayuntamiento es trasladarlo. Los animales marinos irán a la zona del Besòs, a la plataforma marina aún no aprobada definitivamente por el Ministerio de Medio Ambiente. En su día, Jordi Portabella (ERC) anunció que este traslado coincidiría con los festejos de 2004, pero el equipo de gobierno municipal no ha fijado ninguna fecha.

La desaparición del zoo tendrá dos efectos urbanísticos. El primero, permitir la conversión de todo el recinto de la Ciutadella en un jardín. El segundo, eliminar lo que, desde principios del siglo XVIII ha sido una barrera entre la ciudad más antigua y el Poblenou, barrera que ha bloqueado el crecimiento de la ciudad hacia el norte, en contra de lo previsto por Ildefons Cerdà.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_