El pintor sevillano Curro González muestra en Bilbao la imagen de la metamorfosis
El rostro de la naturaleza cuando cambia, cuando explota su capacidad de transformarse en otro ser distinto en apariencia, es lo que atrapa el pintor Curro González en su última obra. La galería bilbaína Windsor Kulturgintza (Juan de Ajuriaguerra, 14) inauguró ayer una muestra de los últimos trabajos de este pintor sevillano, reunidos bajo el nombre de Metamorfosis.
Se trata de nueve piezas, una de ellas en gran formato, realizadas con técnica mixta, principalmente pintura acrílica. En ellas, González presenta, casi siempre a contraluz, esa naturaleza que siempre le ha fascinado, pero esta vez sacudida por nuevas presencias, la de objetos animados, mucho más teatrales y contundentes.
Además, está la alusión directa a la metamorfosis como transición, un momento que da lugar a lo inesperado. Así, Curro González habla al espectador de la transitoriedad, pero lo hace mediante parábolas.
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