Detenida una banda que grababa a prostitutas para tenerlas sometidas
La red amenazaba a las meretrices con enviar vídeos a sus familias
La policía ha detenido a ocho personas integrantes de una banda dedicada al negocio de la prostitución, y a 12 meretrices que se encontraban en situación ilegal, en el barrio de Salamanca. La investigación se inició a finales del año pasado, cuando dos prostitutas denunciaron que los responsables del negocio grababan en vídeo sus encuentros con clientes y las amenazaban supuestamente con mandar las grabaciones a sus familias.
La comisaría del distrito madrileño de Salamanca, con la colaboración de la Brigada Provincial de Extranjería, registraron la semana pasada siete pisos en los que se ejercía la prostitución, sitos en las calles del General Pardiñas, Atocha, Juan Bravo, Goya y Santa María de la Cabeza. Durante la inspección, la policía halló cámaras de vídeo, reportajes grabados, archivos fotográficos y documentación sobre el funcionamiento de la organización, según fuentes del Cuerpo Nacional de Policía. Los agentes intervinieron siete cámaras de vídeo -dispuestas en las entradas de las viviendas para grabar a los clientes en el momento en que concertaban el precio del servicio sexual-, 10 cintas de vídeo y tres bates de béisbol.
La policía afirma que la banda contaba con un equipo de guardias de seguridad compuesto por ciudadanos de países de Europa del Este y Suramérica que utilizaban la 'violencia' para coaccionar y amenazar a las prostitutas, en su mayoría latinoamericanas. Los detenidos grababan en vídeo las citas de las meretrices con los clientes y luego amenazaban a las que querían abandonar el negocio y a las que no se almoldaran a sus 'condiciones' con mandar las cintas a sus familias para que conocieran a lo que se dedicaban.
Según la policía, también utilizaban las grabaciones para extorsionar a los 'clientes molestos'. Los ocho integrantes de la organización fueron detenidos y puestos en libertad. Entre ellos estaba la ex mujer del supuesto responsable de la banda, Mirta M. G.
La policía asegura que el dueño de los pisos, Demetrio T. C., es socio al 50%, junto con Mirta, de la empresa tapadera Eiser Publicidad, que tiene su sede en el apartamento 422 del Centro Colón, un edificio de la calle del Marqués de la Ensenada. Los vecinos del inmueble aseguraron ayer que sospechaban que en el apartamento sucedía 'algo raro', puesto que había mucho 'trasiego de gente'. 'Sobre todo muchas chicas extranjeras. Nunca ha habido quejas de ruidos ni de peleas, pero nadie quería hablar porque se imaginaba que era gente conflictiva', explicó una trabajadora del edificio.
El apartamento era el centro económico de la organización, según fuentes policiales. La supuesta banda operaba en el Centro Colón desde hace dos años, desde donde coordinaba el resto de las casas de citas y captaba a las chicas ofreciéndoles un trabajo de telefonistas.
El piso del Centro Colón, un apartamento de 30 metros cuadrados (cuyo precio ronda los 144.424 euros) es propiedad del dueño del negocio, de nacionalidad española y buscado ahora por los investigadores. La policía informó ayer de que éste, Demetrio T. C., se halla en paradero desconocido. Sin embargo, él reconoció en conversación telefónica con EL PAÍS que los ocho pisos, que ayer estaban abiertos y con personas en su interior, son de su propiedad y que en ellos se ejerce la prostitución. Pero añadió que nunca se ha obligado a las mujeres a trabajar de meretrices: 'Las chicas entran y salen cuando quieren. Todas nuestras casas tienen las puertas abiertas', dijo. Demetrio aseguró que prefiere que las mujeres trabajen 'a gusto' en sus pisos: 'No queremos que vean esto como algo vejatorio. Queremos que lo hagan a gusto'.
En cuanto a los vídeos, Demetrio T. C. afirmó que nunca han grabado a las chicas para amenazarlas o chantajearlas: 'Aquí nunca hemos tenido cámaras; sólo una en la mirilla para saber quién entra, por si alguien le hace daño a las chicas, para denunciarlo', aseveró. El propietario del negocio fue detenido en 1998 por los mismos delitos, según la policía, aunque él lo niega.
'La empresa funciona'
En el apartamento número 422 del Centro Colón, sede de operaciones de la banda dedicada presuntamente a la prostitución bajo la tapadera de la empresa de publicidad Eiser, había ayer actividad. Una voz de una chica detrás de la puerta aseguraba que la 'empresa' seguía 'funcionando'. 'Estoy esperando a que las personas que trabajan aquí lleguen de comer'. La mujer, con un notable acento suramericano, aseguró que no sabía nada de la detención de ocho personas que trabajaban para la citada empresa. En 10 minutos entraron en el minúsculo apartamento otras dos personas: una chica joven y un señor mayor. Ambos se negaron a dar ninguna explicación sobre su presencia allí. El resto de los locales registrados mantenían también su actividad, ya que el juez no ha ordenado su clausura.
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