Falta de imparcialidad
El respetable ciudadano y jurista señor Jiménez de Parga es muy dueño de tener estas opiniones, pero resulta que es el presidente del Tribunal Constitucional, que, con gran probabilidad, deberá decidir en amparo sobre tema tan delicado constitucionalmente como la ilegalización de un partido político. Habría hecho muy bien en no manifestar públicamente sus opiniones sobre este asunto, ya que, en pura coherencia jurídica, deberá ahora abstenerse si le toca juzgar el caso, ya que es pública y notoria su postura previa de carácter político sobre el caso, y por tanto obvia su falta de imparcialidad.
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