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Columna
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Feria

Hay muchos sevillanos a quienes no les gusta La Feria, y tienen muchas razones para que así sea: comenzando por el cansancio y pasando por el calor sofocante o incluso el frío, el ruido atronador, el polvo, los empujones, la briega con los caballos y hasta el vino, que a veces tan mal sienta. Desde lejos, a secas, parece imposible e insoportable pasar varias horas seguidas con tantas incomodidades y expresión viva y divertida, sordo y con cara de guasa mientras toses el albero.

Pero hay Feria para todos, para quien quiere reír, para quien quiere observar, para quien quiere obsequiar, para quien quiere pasar el día con los hijos fuera de casa, para quien quiere lucirse junto a personalidades, para quien quiere derrochar y para quien quiere negociar.

La riqueza de La Feria es que hay muchas y distintas. La de la tarde, por ejemplo, quizá sea la más auténtica, porque es cuando los feriantes van a pasárselo bien con todas las dificultades, cuando sólo se escucha a quienes cantan y sólo se mira a quienes bailan. Y no se les escucha y se les mira como líderes ni divertidores porque todos se divierten solos: los que actúan, los que observan y los que están en otra cosa. Se produce una complicidad de diversión individual y múltiple, como experiencia íntima de cada cual, cuya alegría se transmite por el recinto ferial como se transmite la pena en los entierros. Y así, quienes llegan forzados por algún compromiso, digan lo que digan, es difícil que no salgan contentos.

Por la noche, además de feria, es también otras cosas, como cualquier oportunidad de fiesta para los jóvenes o fiesta social o de negocios para los mayores. A pesar de la iluminación, a mí me da más sensación de realidad, menos polvo, más peso y más necesidad de vino para evadirse y para olvidar el cansancio y el sueño.

Lo que todas las ferias comparten es la importancia de pertenecer a una caseta en la que pueda uno invitar y moverse y estar con la libertad y confianza que tenemos en nuestra propia casa; cada caseta con sus particularidades y con su forma de llevar y entender La Feria, desde la Caseta Municipal hasta las de los distritos.

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