Pamplona revive las geometrías de Sempere
Una antológica repasa las aportaciones del arte óptico-cinético del pintor alicantino
Geometría, efectos ópticos, relieves luminosos. Eusebio Sempere (Onil, Alicante; 1923-1985), uno de los pintores más representativos de la vanguardia española de la segunda mitad del siglo pasao, analizó a lo largo de su extensa carrera los resultados de todos esos factores sobre la obra de arte. La sala pamplonesa García Castañón presenta hasta el 12 de mayo una exposición antológica de sus innovadores resultados, incluyendo cinco serigrafías inéditas y obras que van desde sus primeros cuadros y dibujos hasta sus esculturas móviles en acero cromado.
Sempere 'innovó aportando nuevos materiales y conceptos al hecho artístico', señala el comisario de la muestra, Julián García Moreno. El artista exploró en París, ciudad en la que trabajó durante diez años, el movimiento óptico-cinético y otras tendencias alternativas al informalismo, aunque todos los límites le quedaban estrechos y elaboró pinturas y esculturas de fuerte impronta personal, con hondas resonancias poéticas.
Tras una poco afortunada incursión en el mundo de la abstracción, profundizó de nuevo en París en los cauces de una modernidad estética, asociados a artistas como Chillida, Arp o Mondrian, que desembocó en una investigación de elementos geométricos simples sobre fondo negro, cuyos resultados pueden verse en la muestra pamplonesa en forma de guaches sobre cartulina.
Un alfabeto propio
Sempere buscó un alfabeto artístico propio y fijó las bases de su lenguaje, con una fuerte tendencia constructivista opuesta a la línea seguida por la denominada Escuela de Madrid.
Al mismo tiempo, desarrolló los relieves luminosos como efectos ópticos en los que el color contribuye a resaltar el volumen deseado.
El pintor se estableció en la capital de España a partir de los años sesenta, pero su permanente inquietud le llevó a Estados Unidos, donde aprendió a aplicar las primeras técnicas informáticas al mundo del arte, al tiempo que profundizaba en el uso de las tramas geométricas que buscan la luz y el color. Sus obras estuvieron presentes en la trigésima Bienal de Venecia (1960) y en la cuarta Bienal de Sao Paulo (1961), así como en exposiciones individuales en Londres, Lisboa, Barcelona, Madrid, Nueva York y París. Hoy sus trabajos cuelgan en algunos de los principales museos de arte contemporáneo.
La colección expuesta en Pamplona, con trabajos procedentes de los museos del Asegurado y del Ayuntamiento de Alicante, reúne cuadros de sus primeros tiempos (1949), así como dibujos, acuarelas sobre papel, cartulina y tabla, serigrafías y tres esculturas móviles en acero cromado que pertenecen a su última etapa y evidencian que Sempere nunca dejó de innovar en su permanente investigación artística.
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