La crisis económica de la Fundación Jiménez Díaz bloquea la reforma y ampliación del centro
El parón afecta a la zona más antigua de la clínica y a la construcción de un nuevo edificio
La grave crisis económica de la Fundación Jiménez Díaz, propietaria de la clínica de la Concepción, ha obligado a paralizar desde diciembre las obras del plan director del centro, que tenía prevista la reforma de 45.000 metros cuadrados, la construcción de otros 6.000 y de tres nuevos quirófanos. El parón afecta a la remodelación de la parte más antigua de la clínica y a la construcción de un nuevo edificio en la fachada de la calle de Carlos Jiménez Díaz. Estas zonas están destinadas a la atención de 250.000 pacientes, cuya asistencia tiene concertada la Concepción con la sanidad pública.
El plan director de la clínica de la Concepción -un centro privado concertado que destina 500 de sus 600 camas a la atención de pacientes de la sanidad pública- fue acordado entre la dirección del centro y el Ministerio de Sanidad en 1999. Las obras empezaron en marzo de 2000. La inversión prevista era de 19.230.000 euros en cuatro años. De ellos, el ministerio se había comprometido a aportar seis millones (1,5 anuales), según Fernando Martín-Calderín, director médico de la clínica.
Sin embargo, la delicada situación económica de la clínica de la Concepción -que arrastra una deuda de 78,13 millones de euros y que tiene suspendidos los pagos a los proveedores- obligó a paralizar las obras el pasado mes de diciembre. La dirección del centro dice que las obras se han paralizado porque Sanidad sólo cumplió su compromiso el primer año, lo que ha impedido al hospital financiar el resto del coste del proyecto.
'El ministerio se comprometió a pagarnos anualmente un millón y medio de euros. Nosotros poníamos la misma cantidad y el resto nos lo financiaba a largo plazo la empresa constructora', asegura Martín-Calderín. La Concepción acusa al actual equipo del Ministerio de Sanidad -a la ministra, Celia Villalobos, y al director general del Insalud, José María Bonet- de no cumplir el acuerdo alcanzado con el anterior equipo -Alberto Núñez Feijoo en el Insalud y Manuel Romay Beccaría en el ministerio-.
El Insalud, por su parte, asegura que el compromiso de cuatro años que alega la clínica no existe. 'El convenio firmado entre el ministerio y la clínica en 1999 sólo preveía una subvención de 1,5 millones de euros ese año para la renovación de infraestructuras, que se pagó escrupulosamente entonces. Si la Concepción se comprometió a una inversión mayor, es un problema de mala gestión que deben solucionar ellos', afirma un portavoz del Insalud.
La firma del convenio de ayuda a las obras, firmado en 1999 entre la fundación y el Insalud, tampoco estuvo exento de polémica. Ángeles Maestro, diputada de IU en el Congreso de los Diputados, realizó entonces una interpelación parlamentaria preguntando por qué el ministerio pagaba las obras de un hospital privado.
Traspaso
Tras el traspaso de las competencias sanitarias al Gobierno regional el pasado 1 de enero, es ahora la Consejería de Sanidad la que debe negociar un nuevo concierto con la Concepción. Fuentes de la consejería informaron de que, 'más que las obras, la prioridad ahora es que los pacientes sigan recibiendo la adecuada atención médica en la clínica'. La consejería está negociando con la clínica de la Concepción un nuevo concierto que, junto al plan de viabilidad que debe aplicar el hospital, 'debe hacer viable el futuro económico del centro', según el Gobierno regional.
Las medidas más importantes del plan director son la reforma y ampliación de la zona del hospital dedicada a la atención médica de los 250.000 pacientes de las áreas sanitarias siete y 11, que la clínica tiene concertadas con la sanidad pública. Además, también está prevista la construcción de 15 nuevos quirófanos que sustituirán a los 12 existentes.
El proyecto de las obras también contempla acondicionar la zona de consultas médicas, construir una nueva UVI y un área de diagnóstico por rayos X, según Marta Marín, coordinadora del Plan Director.
Igualmente, 400 de las 500 camas que el centro destina a los pacientes de la sanidad pública serán remodeladas: 'Aún tenemos habitaciones con cuatro o cinco camas y sin baño, algo poco aconsejable para una buena atención médica. Cuando estén acabadas las obras, todas las habitaciones tendrán baño y las habitaciones más grandes serán de dos camas', explica Martín-Calderín.
El actual parón de las obras dura ya cuatro meses. No ha sido el primer retraso de una remodelación cuya finalización estaba prevista inicialmente para septiembre del año que viene. El pasado verano, unos problemas de cimentación en la construcción del nuevo edificio ya retrasaron el desarrollo del proyecto otros seis meses, según Marta Marín.
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