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CONFLICTO EN EL TRANSPORTE DE VIAJEROS POR CARRETERA

Los piquetes disparan bolas de acero contra 20 autobuses escolares

Ningún niño resultó herido, pero los dueños de los vehículos piden protección policial

Los piquetes de huelga volvieron a actuar ayer contra una veintena de autobuses, en su mayoría de transporte escolar. Los vehículos, propiedad de la empresa Nogales, recibieron impactos de bolas de acero disparadas con pistolas de aire comprimido que reventaron más de 25 lunas, por lo que sus dueños han pedido protección policial a partir de mañana. El dispositivo de autobuses que, con escolta de la Guardia Civil, da servicio desde ayer a varios municipios que quedaron aislados por la huelga, funcionó sólo parcialmente, porque algunos chóferes no acudieron a sus puestos.

Los ataques se produjeron en varios puntos de la carretera de Fuenlabrada, en la autovía de Andalucía, en Griñón y en Humanes, pese a que el transporte discrecional no está en huelga porque tiene un convenio distinto al del transporte regular.

Algunos de los autobuses atacados iban ocupados por chavales de colegios públicos y privados. Ninguno resultó herido, pero un grupo de niños que se disponía a subir a uno de los vehículos en el momento en el que era atacado por los piquetes 'se alejó corriendo y se negó a subir', según Rosa María Nogales, responsable de la empresa.

'Esto es un atentado contra Nogales. Llevamos 105 lunas rotas desde que empezó la huelga, y necesitamos protección policial desde mañana', exclamó. La dirección de la empresa se puso en contacto con la Delegación del Gobierno para solicitarle ese servicio, pero fueron remitidos a la Policía Municipal de Móstoles, que, según Nogales, contestó que 'no tenía patrullas suficientes' para realizar la vigilancia. 'Aun así, mañana [por hoy] prestaremos el servicio', añadió.

El Cuerpo Nacional de Policía detuvo a un piquete que había lanzado objetos contra un autobús también discrecional, gracias a que el conductor del vehículo atacado, que circulaba por la M-406, recordó la matrícula del coche desde el que se realizaron los ataques. Seis helicópteros de Tráfico, de la Guardia Civil y de la policía apoyan desde ayer tarde las labores de escolta que realizan otros agentes en tierra.

Las agresiones no se produjeron, sin embargo, contra los autobuses interurbanos que desde ayer realizan, escoltados por la Guardia Civil, el trayecto entre algunos municipios de la región y los puntos más próximos en los que hubiera otro tipo de transporte público. Los habitantes de ocho de los 20 municipios para los que estaba previsto este servicio no dispusieron, sin embargo, de autobuses con los que desplazarse. Los conductores que tenían que llevar las líneas de Meco y Daganzo, Navalcarnero, Móstoles, Guadarrama y Navacerrada, según fuentes del Consorcio de Transportes y de la Delegación del Gobierno, no se presentaron en sus puestos de trabajo ayer por la mañana.

'Se ha trabajado en las empresas pequeñas, pero en las grandes, como las que dan servicio en el sur, los sindicatos son demasiado fuertes y presionan a los que quieren trabajar', explicaron fuentes del sector. Frente a las cocheras de la empresa Boadilla, un grupo de 60 piquetes abucheó a los conductores que realizaban los servicios mínimos.

El servicio se prestó con normalidad entre Boadilla del Monte y la estación de metro de Campamento; entre San Lorenzo y la estación de cercanías de El Escorial y el hospital; entre Galapagar, Colmenarejo y Torrelodones; en la zona de Villalba y en Valdebernardo, según fuentes de la patronal Fenebús. El servicio de furgonetas que habilitó el Ayuntamiento de Leganés para transportar a los vecinos de La Fortuna hasta el metro de Aluche también funcionó con normalidad y fue empleado por unas 500 personas.

'Hemos pasado miedo'

En las cocheras de una de las pocas empresas de autobuses que ayer prestaron servicio bajo la protección de una patrulla de la Guardia Civil, y cuyo nombre no quieren que se publique por miedo a las represalias de los piquetes, los trabajadores comentaban con nerviosismo lo tensa que había resultado la mañana. 'Hemos pasado miedo al salir porque teníamos un grupo de 40 huelguistas que nos han llamado de todo. Sin la Guardia Civil, no habríamos salido', confesaba uno de los conductores. Cada uno de los cuatro chóferes que llevaron otros tantos vehículos para cubrir los servicios mínimos hicieron los trayectos acompañados de tres compañeros, 'como protección' en caso de que se les cruzara algún piquete violento. La empresa sí está en huelga, pero los conductores comprenden que los ciudadanos de la zona que sirven dependen exclusivamente de los autobuses para comunicarse, y por ello, dijeron haber estado dispuestos desde un principio a respetar los servicios mínimos. 'Si esto es una democracia, no puede ser que unos exaltados [en referencia a los huelguistas que ayer les presionaron] no nos dejen trabajar', recordaba uno de los responsables de la empresa. 'Estoy seguro de que muchos conductores de otras compañías quieren trabajar, porque si no sales, no cobras. Y nuestra gente ha querido salir porque tiene que pagar facturas', agregó.

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