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DE LA PRIMERA A LA SEGUNDA
Columna
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¡Venga modernización!

Según el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española, modernización (con minúsculas) es la 'acción y efecto de modernizar', es decir, 'hacer que alguien o algo pase a ser moderno', o sea, 'perteneciente al tiempo del que habla o a una época reciente'. Si ése es el sentido de la tan cacareada Modernización (la Segunda) con la que nos vienen machacando desde hace tiempo, significa el reconocimiento de que Andalucía está retrasada en lo económico, en lo social, en lo cultural, en las infraestructuras... algo que, a pesar de ser evidente y proclamado por sesudos estudios de instituciones españolas y europeas de toda solvencia, jamás reconocerán desde el santoral socialista (de San Telmo a San Vicente).

Pero según el Repertorio de la Jerga Política Andaluza, Modernización (con mayúsculas) es la 'acción y efecto de idiotizar a toda una sociedad para que perdamos el tiempo chateando con quien no tiene ni pajolera idea sobre los temas que, por decisión de los políticos, son los que nos interesan, y tratando de tapar sus vergüenzas en los que de verdad nos preocupan', siendo Segunda Modernización la 'que se hace con reiteración y alevosía, sin haber dado cuenta antes de los dineros gastados y de los resultados de la Primera'.

Vaya por delante que soy firme y decidido partidario de la modernización, con minúsculas. Pero ¿qué quieren que les diga?, me parece tautológico que los políticos digan que van a 'modernizar' una sociedad: ¿para qué demonios están los políticos, si no? ¿Para retrasarla, para hacerla retroceder, en vez de hacerla progresar? Pues ahora resulta que, encima, tenemos que agradecer a nuestros sesudos gobernantes socialistas que quieran 'modernizar' Andalucía. Es como esos políticos que presumen de honrados (de honestos me da igual que presuman, es en todo caso un problema íntimo de cada uno con su cónyuge o pareja, aunque yo me fiaría poco de quien no fuera capaz de ser honesto; o sea, que la honestidad es una cuestión de bragueta, o de bragas, mientras que la honradez es un problema de cartera, a ver si nos enteramos): lo menos que se exige a un político es que sea honrado, es decir, que no entre en política con la intención de robar. Pero de la misma forma que queda un regusto de desazón cuando oyes a un político prometer que va a ser honrado o presumir de su honradez, no puedo dejar de sentir un cierto desconsuelo cuando oigo a un político (bueno, a una cohorte, pues a la voz de Chaves de '¡vamos a Modernizar!' han salido como un solo hombre, en primer tiempo de saludo, los Megatón o Mega-ratón Zarrías, Tiritas Pacovallejo, y demás) decir que, por todo programa político, va a 'Modernizar' Andalucía. Virgencita, virgencita...

Hace muy pocas fechas preguntaban a Manuel del Valle por esto de la Segunda Modernización, y respondía el ex alcalde de Sevilla (¡ah, qué tiempos aquellos... cuando Sevilla tenía un alcalde o alcaldesa al frente, y era una ciudad próspera, limpia y segura!) que 'la Segunda Modernización lo que demuestra es que no hay proyecto'. Fíjense si coincido al cien por cien con él, que eso mismo escribía yo en estas líneas en diciembre de 2001, hace más de cuatro meses. La coincidencia es importante, evidentemente, porque Manuel del Valle está en teoría mucho más cercano a los postulados socialistas que yo, y por tanto habla desde la óptica del PSOE; la cual, dicho sea de paso, es tan buena perspectiva como cualquier otra para decirle a Chaves y al Gobierno socialista que carece de proyecto para Andalucía.

Uno siempre había pensado que el sistema electoral y de partidos moderno consistía en que cada partido político ofrece sus opciones, sus proyectos y sus propuestas, y el ciudadano-elector da su apoyo a la opción que más le convenza, le guste o, simplemente, le interese. Pero Chaves está empeñado en hacernos cambiar hasta nuestras convicciones acerca de las raíces del sistema democrático, porque se ha empecinado en gobernar desde la ausencia más clamorosa y dolorosa de proyecto... pero eso sí, ya que ni desde el PSOE-A ni desde el Gobierno andaluz son capaces de alumbrar ideas ni proyectos para Andalucía, pues se los pedimos a los ciudadanos, aunque sea en un sitio virtual, y aquí paz y después gloria.

Aun a riesgo de que me tilden de pesado, tengo que volver a preguntar (como hice ya hace cuatro meses) ¿qué pasó con la Primera Modernización? Porque la 'Segunda Modernización' implica que haya habido una 'Primera', aunque no la hayamos visto todavía. E incluso me legitima para preguntar qué paso con la Segunda Modernización, y es que el pasado mes de diciembre, Zarrías anunció que en abril de 2002 (o sea, ya) habríamos 'analizado cómo repercute la situación mundial, europea y española en la comunidad' andaluza. ¡Toma ya pegote! Pero, de momento, nada de nada... y me temo que eso es lo que nos espera con la Segunda Modernización: nada de nada; total, como con la Primera. ¡Hombre, algo hemos avanzado desde entonces (dirán desde el PSOE-A): ahora tenemos una página web, que eso sí que es Modernidad!

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Con tristeza tengo que concluir estás líneas reconociendo que han conseguido su objetivo: que no se hable de los temas que de verdad nos interesan a los andaluces. Que no se hable de Educación y los problemas de escolarización, de la Sanidad y las endémicas listas de espera (endémicas en el SAS, porque en el Sistema Nacional de Salud se han reducido considerablemente), de la Función Pública andaluza y el problema de los interinos, del Medio Ambiente, de las carreteras (esa Autovía del 92, que en 2002 aún no llega a Almería, ni se espera que lo haga en breve)...

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