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EL DEFENSOR DEL LECTOR
Columna
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Censura militar

Guerra: malos tiempos para la libertad de información. Ningún ejército admite que los periodistas husmeen a su gusto. Se aducen razones de Estado, de seguridad, pero no queda más remedio, en muchas ocasiones, que rendir el albedrío ante la voluntad militar.

Lo que pasa es que cuando esa exigencia se hace patente el lector debe saberlo.

El pasado viernes, en la página cinco de la sección Internacional se publicó una fotografía, a cuatro columnas, que se reproduce aquí para que los lectores puedan ver cómo la mesa sobre la que se apoyan los militares está tratada, digitalmente, con un mosaico que oculta, casi en su totalidad, lo que allí hubiese. Sólo se distinguen unas gafas, un rotulador y un par de libretas.

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Se trata de una foto censurada, pero no de modo sibilino, sino ostensiblemente. El pie de foto que se publicó bajo la imagen decía: 'El jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, general Saúl Mofaz, gesticula ante un grupo de oficiales durante la ocupación de Tulkarem. / AP'. Y nada más.

El mismo viernes, un lector, Joaquín Turina Gómez, se dirigió al Defensor para hacerle patente que se trataba de una foto 'claramente censurada por medios electrónicos'. Esa manipulación o censura es evidente nada más contemplar la imagen, pero el lector, con gran rigor, añadía: 'Ignoro si la censura procede de su periódico, de la agencia que suministró la foto o del propio Ejército israelí, pero considero que los lectores de EL PAÍS merecíamos un pie de foto -eso sí es responsabilidad de ustedes- un poco más explícito'.

El lector apunta y acierta en el centro de la diana. El pie que junto a la fotografía transmitió la agencia Associated Press (AP), escrito en inglés, decía: 'El jefe del Estado mayor del Ejército israelí, Saúl Mofad, en el centro, gesticula, mientras habla a un grupo de oficiales que miran mapas, durante la incursión del Ejército israelí en la ciudad cisjordana de Tulkarem, en una base militar próxima a esta localidad'.

No hay diferencia sustancial -salvo la referencia a los mapas- con el pie publicado en el periódico, que, por supuesto, es muy dueño de reescribirlo como crea conveniente. El problema radica en la firma de la foto, que era ésta: 'AP Photo / HO / Israel Defense Forces'.

Las siglas HO corresponden a la expresión inglesa Hand out, es decir, distribuida.... por las Fuerzas Armadas o por el Ejército israelí.

Por tanto, la agencia Associated Press (AP) hacía explicíto a sus clientes que era una fotografía facilitada por el Ejército de Israel. No había mención alguna a la censura, pero era innecesaria, puesto que era patente sin más que contemplar la fotografía y lo era también el origen de la manipulación, al señalar la paternidad de la imagen.

El lector tiene toda la razón y el pie debió añadir lo que decía el original transmitido por AP, es decir, la procedencia castrense de la fotogrfía. El hecho de que en la mesa hubiese mapas desplegados explica, sin duda, el afán de los militares israelíes por impedir su identificación.

Berna González Harbour admite abiertamente que se trata de un fallo y que el texto junto a la foto debió mencionar su origen para evitar sorpresas y dudas a los lectores.

En casa del herrero...

En la última columna del Defensor publicada el 24 de marzo pasado se criticaban, por intolerables, las faltas de ortografía en el periódico.

En los últimos párrafos se escribió tres veces -menos mal- la palabra verbo, pero en la segunda ocasión se deslizó una errata al escribir 'sobre el uso del vervo calcinar...' así, con dos uves.

Dos lectores se han dirigido al Defensor, uno de ellos en tono muy mordaz. Ambos tienen razón. Cualquier errata es intolerable. Si la mala fortuna la convierte en falta de ortografía, peor aún, y el hecho de que los servicios de corrección no la detecten deja la responsabilidad donde debe estar: en el que cometió el error; en esta ocasión, en el Defensor.

Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electrónico (defensor@elpais.es), o telefonearle al número 91 337 78 36.

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