Las cometas desafían el mal tiempo en el Paseo Marítimo de Valencia
Los cachirulos forman parte de las fiestas pascueras casi tanto como las monas. La tradición de dar la bienvenida a la primavera, volando una cometa al aire libre, se mantiene, a pesar de que ayer salió un día no muy propicio para ello. No obstante, el Festival Internacional de Cometas Ciudad de Valencia se siguió celebrando ayer por la mañana en el Paseo Marítimo de la ciudad, aunque por la tarde las nubes descargaron una persistente lluvia que impidió el nomal desarrollo de las actividades, que incluían exhibiciones de cometas, de atrevidos diseños y gran versatilidad de movimientos, gracias a las incorporaciones técnicas de los ingenios volátiles y a la habilidad de los participantes. Alrededor de 300 consumados especialistas de seis países concurren al festival, que se ha consolidado como una importante cita entre los expertos, y que cuenta con exhibiciones de cometas nocturnas, entre otras curiosas modalidades.
Organizado por Milotxes Club, el festival cumple su quinta edición y ofrece la posibilidad de presenciar, además de las disciplinas más tradicionales, otras aportaciones acrobáticas, como el acuaplaning o los deslizamientos. El certamen concluye esta tarde.
Y quien se quede con ganas de más cometas o se sienta frustrado por la lluvia, puede visitar la exposición inaugurada el pasado viernes en el Museu de les Ciències, en el complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Se ha reunido un centenar de cometas artísticas procedentes de Taiwán en la que destaca La paloma de la paz, realizada en tres dimensiones y con 500 metros de largo. El visitante no las verá volar, pero sí podrá apreciar el arte en la confección de estos ingenios concebidos en China hace más de 2.000 años. Animales acuáticos, mariposas, dragones, libélulas, barcos, aviones y otros motivos han inspirado esta exposición que se podrá ver hasta el 20 de mayo.
