La Fira cierra Sonemag
Los expositores prescinden del emblemático salón de productos electrónicos
La Fira de Barcelona ha suprimido el salón internacional Sonimag, la gran feria de la electrónica de consumo que marcó el auge ferial a partir de la década de 1960 y que había ido decayendo en sus últimas ediciones. A las deserciones de las multinacionales Philips y Panasonic en la última edición del salón se ha añadido el desinterés mostrado por las empresas Samsung y Sony. 'Los expositores ya no necesitan esta feria como escaparate porque tienen sus productos expuestos en las grandes superficies como El Corte Inglés o en tiendas como el FNAC', señalan medios ejecutivos de Fira de Barcelona.
Cuando aún resuenan los ecos de la presentación de la Semana Digital de Barcelona, cae uno de sus pilares: el emblemático Sonimag. Fira de Barcelona ha decidido el cierre del salón cuando faltas pocos días para su celebración, prevista entre los días 7 y 12 de mayo. La desaparición de esta feria obedece a la negativa de las grandes empresas expositoras a participar en el salón. Varias empresas han comunicado a la entidad ferial su decisión de no tomar parte en el certamen tras el recorte de gastos de publicidad y promoción decidido por sus respectivas matrices.
Medios del Consejo de Administración de Fira de Barcelona, que preside Jaume Tomàs, confirmaron ayer el cierre de Sonimag y su sustitución por un salón dedicado a la 'vida digital'. La Fira apuesta una vez más por los salones profesionales frente a los de gran consumo, como Sonimag. Igual sucede con su homólogo SIMO, de Madrid, que ha sufrido una pérdida de profesionales, aunque mantiene altos niveles de público en general.
La Fira pensaba incluir Sonimag en la Semana Digital, un proyecto que hasta ayer englobaba al salón de la electrónica y a otras dos ferias, el Portal Point e Internet Global Conference. Este último tiene más vocación de congreso que de feria, en la medida en que se presenta como un foro internacional de debates sobre la relación entre las redes y el mundo de los negocios.
A partir de ahora, la Semana Digital, presidida por el patrón de Planeta, José Manuel Lara Bosch, se queda con los otros dos eventos, aunque ambos se encuentran todavía en fase experimental ya que abrirán sus puertas por primera vez el próximo mes de mayo.
Por su parte, Portal Point, auspiciado por el Consorcio de la Zona Franca, significa una apuesta de alto riesgo. Este último salón nace con vocación de convertirse en una feria internacional de portales de Internet en un momento especialmente delicado para un sector en permanente transformación.
El cierre definitivo de Sonimag no afectará a Sonimag Foto, un salón que se desgajó del salón en 1991 y que seguirá realizándose con periodicidad bienal. La próxima edición de Sonimag Foto está prevista que se celebre el año próximo.
La gestión de Fira de Barcelona ha sufrido un vuelco espectacular desde que, en septiembre de 2000, se constituyó un Consejo de Administración formado por empresarios independientes. El equipo de Jaume Tomàs y del director general de la Fira, Josep Gual, apuesta por un estilo ferial netamente orientado a los salones de carácter profesional y de alto valor añadido. El cierre de Sonimag y el diseño en paralelo de un nuevo salón dirigido hacia el mundo digital se explican a partir del mismo estilo.
La foto fija del recinto ferial de Montjuïc, flanqueado por las torres venecianas de la avenida de la Reina María Cristina y abarrotado por un hormigueo de niños degustando bocadillos, pertenece al pasado. La nueva Fira es una apuesta urbanística volcada sobre la puerta sur de Barcelona en la orilla del lado mar de la Gran Via, cuya imagen será conocida en breve plazo.
El futuro del modelo de Barcelona todavía no puede visualizarse. Hoy es una promesa, aunque su éxito dependerá del compromiso de financiación adquido por la Generalitat: 390,6 millones de euros (65.000 millones de pesetas) antes de 2007 y 120.000 metros cuadrados útiles en Pedrosa. A Tomàs, que durante muchos años presidió Alimentaria -uno de los pilares de la Fira-, no le ha temblado el pulso a la hora de echar el cerrojo a un salón herido de muerte como Sonimag. En el mundo ferial son muchos los que esperan de él una réplica por lo menos tan enérgica en lo que se refiere a la ampliación de las instalaciones y a las ideas que han de alumbrar nuevos salones.
Quienes critican la Fira, sea desde las empresas o desde las organizaciones sectoriales, apuntan a las difíciles relaciones de la institución con el entorno ciudadano. Un ejemplo de esta fricción está encarnada en el Gremio de Hoteleros de Barcelona, que decidió no reducir los precios durante la celebración de la última edición de Alimentaria. 'Algunos profesionales de Alimentaria preferían venir de Madrid y volver el mismo día en vez de quedarse a dormir en los mejores hoteles de la ciudad', explican medios de este salón. Los hoteleros defienden su interés a machamartillo, a pesar de que el presidente del gremio, Jordi Clos (cadena Derby), es también miembro del Consejo de Administración de Fira de Barcelona.
Sonimag empezó a celebrarse en 1963 bajo la denominación de Salón de la Imagen, en el que los sectores de equipos para cine, fotografía, óptica y televisión expusieron sus productos en la primera feria monográfica sobre esta especialidad que se celebraba en España. A lo largo de su historia, Sonimag ha dado origen a diversos salones monográficos, a partir de ofertas sectoriales incluidas en un principio en su convocatoria. En 1981, el salón incorporó bajo la denominación de Expotrónica los sectores de electrónica profesional, equipos y componentes. Tres años después, Expotrónica adquirió carácter propio como salón profesional. El citado Sonimagfoto es el caso más representativo de salones escindidos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.